Inés Rey critica la "desobediencia democrática" de los Franco al no abrir la Casa Cornide: "poco me parece la multa de 3.000 euros"

La alcaldesa promete que revisará los acuerdos del Ayuntamiento en 1962 que llevaron a que el palacete acabase en la propiedad de la familia del exdictador para anularlos y pedir en los tribunales que el inmueble vuelta a pertenecer al Concello

La Casa Cornide de A Coruña.

La Casa Cornide de A Coruña. / Carlos Pardellas

La alcaldesa, Inés Rey, valoró este miércoles que "poco me parece" la multa de 3.000 euros impuesta por la Xunta a la familia Franco por incumplir su obligación de permitir las visitas la Casa Cornide, de la Ciudad Vieja de A Coruña, y criticó la "línea habitual de desobediencia democrática" de los parientes del antiguo dictador, que "siguen negándose a abrir la casa". "Espero qe la Xunta siga actuando como está, con contundencia y rigor, aplicando la ley y poniendo cuantas multas sean necesarias, incluso de mayor cantidad", defendió, para que los Franco "entiendan que este país es un Estado democrático y de derecho, que todos somos iguales ante la ley" y que no están "exentos" de cumplirla, como lo estuvieron "40 años", añadió en referencia a la dictadura franquista.

La casa, un palacete histórico, perteneció al Ayuntamiento, y el Gobierno local lleva anunciando años que intentará recuperar la propiedad en los tribunales. Rey señaló este miércoles que el procedimiento empezará por "la revisión de oficio de los acuerdos adoptados por el pleno municipal en 1962" relacionados con la transferencia de la titularidad, que tienen que ser anulados para presentar una demanda por la vía civil y conseguir la "recuperación del patrimonio".

La casa Cornide debe su nombre al ilustrado coruñés José Cornide, cuya familia edificó el inmueble, y fue comprada por el Estado en 1949 con el plan de de instalar en ella un Conservatorio de Música. En 1958 el entonces alcalde Alfonso Molina acordó transferirle al Estado una parcela en la Ciudad Escolar para construir el Conservatorio y recibir, a cambio, el inmueble histórico. El acuerdo se formalizó en 1962, y, a los pocos días, el pleno municipal acordó subastar el edificio por una cantidad menor a la valoración que había tenido en la permuta (297.228 frente a 344.813 pesetas). La casa se adjudicó a Pedro Barrié de la Maza por 305.000 pesetas, y el pleno lo eximió de dos condiciones establecidas en la subasta, tener que solicitar autorización del Ayuntamiento para realizar modificaciones en el edificio y no poder venderlo antes de diez años sin su permiso. A los cuatro días, el empresario vendió la casa a Carmen Polo, mujer del dictador Francisco Franco.

Tracking Pixel Contents