Medicina en A Coruña: 40 años de ‘guerras médicas’

La pugna por la facultad de Medicina en A Coruña es más antigua que su propia Universidade: arranca en 1985, con la propuesta de los médicos del entonces Juan Canalejo de impartir docencia en el hospital, y pasa por numerosos estadios hasta llegar a 2025, con la intención de Ricardo Cao de solicitarla de nuevo

Manuel Fraga, junto al rector Meilán Gil en 2000. |  V. Echave

Manuel Fraga, junto al rector Meilán Gil en 2000. | V. Echave

A Coruña

El catedrático Ricardo Cao solo es rector de la Universidade da Coruña desde hace 16 meses, pero ya le ha dado tiempo a dejar su impronta. Su pretensión de reactivar la antigua reivindicación de la UDC de incorporar a su oferta la titulación en Medicina causó un temporal político y académico la semana pasada, y su anuncio encontró, de inmediato, la negativa frontal de Santiago, la llamada al orden de la Xunta y un nuevo actor en la carrera: la ciudad de Vigo, que ha reclamado su sitio en el caso de que se le dé A Coruña. Nada de esto es nuevo: ya ocurrió, y varias veces, a lo largo de los últimos 40 años.

1985. Una demanda que precede a la UDC

La Universidade da Coruña se funda oficialmente en 1989, pero la pretensión de traer estudios de Medicina es incluso anterior. Data, aproximadamente, de 1985, y nace del entonces Hospital Juan Canalejo (hoy Complejo Hospitalario Universitario de A Coruña), que ofreció a la Universidade de Santiago la opción de que sus alumnos realizasen en el hospital los estudios clínicos de cuarto, quinto y sexto de carrera. La propuesta sonará a muchos, ya que remite al contenido del acuerdo rubricado en 2015 entre las tres universidades para descentralizar las prácticas de Santiago.

1990. La era Meilán: trece años de reivindicaciones

Implantar el grado en Medicina en A Coruña fue la gran fijación de José Luis Meilán Gil desde que ocupó el sillón principal del Rectorado y hasta que dejó el cargo en 2003. Tanto es así que, dos años después de dejarlo, publicó un libro con perspectiva autobiográfica centrado exclusivamente en sus intentos por traer el título a la oferta de la UDC. Se titulaba El itinerario de un ciclo clínico de Medicina en la Universidad de A Coruña., y en él lamentaba los intentos constantes de Santiago por «torpedear» el proceso. En 1991 , la pugna se traslada al terreno político, y el alcalde, Francisco Vázquez, se alinea con Meilán para exigirla. «Nadie podrá oponerse a una facultad de Medicina en A Coruña y Vigo, porque es de cajón», incidió. «Vamos juntos en la lucha». Lo cierto es que sí que pudieron oponerse, y a pesar de que Concello y Universidade solicitaron formalmente la facultad al presidente de la Xunta, Manuel Fraga, en 1997, este dio portazo a sus aspiraciones en 1998. En 2001, la Escuela de Terapia Ocupacional se convierte en Facultad de Ciencias de la Salud para agrupar los estudios del área sanitaria, y con el objetivo de adscribir el departamento de Medicina del campus de A Coruña. El mismo año, el Canalejo se convierte en Hospital Universitario.

2003. La votación que no se dio

Con el debate latente, la UDC acepta que dos de sus licenciaturas únicas se implanten en otros campus: Turismo en Ourense e Ingeniería Informática en Santiago. Meilán propone, a cambio, que se someta a votación en el Consello Universitario de Galicia la propuesta de establecer el ciclo clínico de Medicina en A Coruña. Por cinco votos a cuatro, la propuesta no prosperó. Era el último cartucho de Meilán, que se jubiló poco después.

2006. Convenio entre La UDC y el Sergas

En 2006, la Universidade da Coruña, ahora con José María Barja al frente, firma con el Sergas del Gobierno bipartito un convenio para la realización de las prácticas de Medicina en el Juan Canalejo y la creación de la figura del profesor asociado, pero dependiente de Santiago. El movimiento provocó inquietud en ciertos sectores, especialmente en el entorno de Ciencias de la Salud, que auguraba perjuicios para los docentes coruñeses. Una posibilidad que contravenía el acuerdo de 2001 por el que el Canalejo se convertía en hospital universitario.

2009. La guerra pasa a los tribunales

El debate seguía muy vivo en los últimos años del bipartito, pero, con su llegada a la Xunta, Alberto Núñez Feijoo quiso sacudirse el papel del Gobierno gallego en la contienda aplazando el debate hasta 2010. «Ahora no toca», proclamaba. Ejercía de conselleira de Sanidade Pilar Farjas, que aquella misma semana había propuesto, como solución a años de conflictos, la implantación de una «titulación compartida» entre las tres universidades. La misma Farjas había estado en esa arena: en su época en la oposición al bipartito clamaba contra el «sucursalismo» de A Coruña con respecto a Santiago. La tregua duraría poco. Ese mismo año, José María Barja presentaba un recurso contencioso-administrativo contra la convocatoria de plazas de profesores asociados en el hospital público coruñés por parte de la Universidad de Santiago. El desacuerdo de base, el mismo que ahora: la USC reclamaba control sobre la titulación y la UDC, escoger al profesorado que imparte docencia en sus instalaciones. Tras meses de desencuentros, la Universidad coruñesa retiró el recurso tras la firma de un protocolo conforme al que los profesores dependerán de la Universidad a la que pertenezca el centro en el que dan clase, pero bajo la coordinación de Santiago.

2015. Un acuerdo en papel mojado

Los tres rectores gallegos —con Xosé Luís Armesto en A Maestranza— firman, junto a la Xunta, un acuerdo calificado de «histórico» que parecía poner fin a aquella disputa enquistada para descentralizar la docencia clínica en cuarto, quinto y sexto. Un pacto que establecía que los profesores asociados de Ciencias de la Salud que den docencia clínica en los hospitales deberían pertenecer a la universidad a la que está vinculada el hospital, ya sea la de A Coruña o la de Vigo. A cambio, Santiago se mantendría como facultad única. Una década después, esa descentralización solo se había hecho efectiva en sexto. El detonante que llevó al rector, Ricardo Cao, a solicitar Medicina, resuena familiar si se ha leído hasta aquí: la convocatoria, por parte de la USC, de dos plazas de docentes en el Chuac vinculadas a Santiago y no a A Coruña. El resto es historia por escribir.

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