El autor del crimen de Elisa Abruñedo en Cabanas alega que disoció la realidad

El acusado, a través de su abogado, asegura que al día siguiente del juicio pensaba que era «otra persona» | La Fiscalía y los hijos de la víctima alegan que «sabía lo que hacía y quiso hacerlo»

Arranca el juicio por el asesinato de Elisa Abruñuedo: El autor confeso alega "disociación"

Europa Press

Agencias

A Coruña

El abogado del autor confeso del crimen de Elisa Abruñedo, la vecina de Lavandeira, en Cabanas, asesinada y violada en septiembre de 2013 cuando salió a pasear por el entorno de su casa, ha alegado que su defendido disoció la realidad y, al día siguiente de lo ocurrido, pensaba que había sido otra persona, aunque las acusaciones han afirmado que «sabía lo que hacía y quiso hacerlo» y se jactaba de que no lo encontraban.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de A Coruña ha acogido este lunes el inicio del juicio contra Roger Serafín Rodríguez, de 51 años, por unos hechos ocurridos el 1 de septiembre de 2013, cuando él tenía 39 años y la víctima, Elisa Abruñedo, 46. Al ser detenido diez años después, el acusado confesó que la asaltó y la violó. Este lunes se ha negado a declarar y ha avanzado que tampoco lo hará al final del juicio, por lo que el jurado popular tendrá la versión prestada en su momento y las valoraciones de su abogado.

Este ha asegurado que el procesado «disoció la realidad» y al día siguiente del crimen «pensó que había sido otra persona». También ha añadido que los hechos ocurrieron «a plena luz del día» e incluso se escucharon gritos de socorro y se cruzó con varias personas, por lo que cree que no fue un asesinato, sino un homicidio, al considerar que hubo posibilidades de defensa, al tener lugar en una zona pública y transitada. Sobre el hecho de deshacerse del coche y de la navaja utilizada, el letrado ha dicho que lo hizo por el paso del tiempo y no para encubrir lo sucedido.

El acusado del crimen y agresión sexual a Elisa Abruñedo, ocurrido en Cabanas en 2013, durante la primera sesión del juicio este lunes 16 de junio en A Coruña.

El acusado del crimen y agresión sexual a Elisa Abruñedo, ocurrido en Cabanas en 2013, durante la primera sesión del juicio este lunes 16 de junio en A Coruña. / Casteleiro / Roller Agencia

La Fiscalía, en cambio, ha asegurado que «sabía lo que hacía y quiso hacerlo» y después mantuvo silencio durante diez años. «Jamás dijo nada, incluso llegó a jactarse de que no iban a dar con él», ha proseguido y ha citado la prueba de ADN como clave para llegar a resolver este caso tanto tiempo después. En su investigación, la Guardia Civil tenía unas pruebas de ADN que no se pudieron cotejar en su momento al no figurar el procesado en ninguno registro, algo que se pudo hacer con los años cuando se logró una muestra del hombre.

Entre otros argumentos, para pedir una sentencia condenatoria con las penas que reclama, el Ministerio Público ha insistido en que la víctima «no pudo defenderse» y que la atacó sexualmente «de una manera brutal» para luego «de forma repetitiva acuchillarla».

Las acusaciones particulares —dos en representación de cada uno de los hijos— han opinado que el crimen incluso implicó un especial sufrimiento a la víctima, que fue abandonada mientras agonizaba. También han incidido, entre otras cuestiones, sobre la «memoria selectiva» del procesado y el hecho de que durante «más de diez años» hiciese una «vida normal», algo a lo que también ha apuntado la representante fiscal.

La Fiscalía pide 32 años de prisión por agresión sexual y asesinato, con la agravante de aprovechamiento de las circunstancias del lugar y tiempo, junto con 200.000 euros para los hijos de la víctima. Las acusaciones particulares aumentan su petición a los 37 años de cárcel, al agregar las agravantes de género y ensañamiento, junto con 600.000 euros para los hijos.

La defensa rebaja la petición al considerar que fue un homicidio, no un asesinato, y que lo confesó, si bien no ha determinado la pena concreta.

Desde octubre de 2023, el procesado está en prisión, a la que fue trasladado tras ser detenido por la Guardia Civil en su propio puesto de trabajo, en el astillero de Navantia Ferrol, donde era operario de una empresa auxiliar. Tras el arresto, confesó ser el responsable de la violación y muerte de la vecina de la comarca de Eume diez años atrás.

La familia de la víctima confía en la condena

La familia de Elisa Abruñedo confía en una sentencia condenatoria para el acusado, detenido diez años después. En declaraciones a los medios, a la entrada de la Audiencia Provincial, uno de los letrados de la acusación particular aseguró que la detención supuso un «alivio» para los familiares.

«Hay cierto nerviosisimo, es revivir un poco todo», sentenció sobre el estado anímico de estos. También dijo que esperan una sentencia condenatoria. Antes de la vista, aseguró que estaban a la espera de lo que hiciera el acusado en su declaración. «Intuimos que va a hacer gala de esa memoria selectiva que tiene», aseguró sobre lo expuesto por el procesado en la fase de instrucción, sobre la que declaró que se acordaba de unas cosas e «ignoraba» otras.

Según el escrito de acusación, entre las 20.45 y las 21.00 horas del 1 de septiembre de 2013, el hombre conducía su vehículo cuando vio caminando a la víctima por la carretera provincial DP-1503, en las inmediaciones de su domicilio. De inmediato se desplazó a un camino de tierra de la zona, detuvo su coche y se dirigió a la mujer «abordándola por la espalda, agarrándola fuertemente con un brazo y golpeándola en la cara, en la zona de la mandíbula».

Acto seguido, según el Ministerio Fiscal, el encausado se introdujo en el terreno situado al lado de la carretera «en el que había pinos y abundante vegetación de monte bajo», arrastrando a la víctima marcha atrás mientras la sostenía fuertemente de espaldas a él, «recorriendo aproximadamente 17 metros hasta el interior de la parcela, donde no podía ser visto desde la carretera».

A continuación, la violó en este lugar e inmediatamente después, el procesado «sacó repentinamente una navaja o cuchillo del bolsillo de su pantalón y la apuñaló, propinándole dos cuchilladas en el torno y una en el cuello», tras lo cual huyó del lugar monte a través hasta alcanzar su vehículo, en el que abandonó la zona, provocando la muerte de la mujer de manera inmediata.

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