El acusado de matar a una pareja en Nochebuena culpa al chófer fallecido

Fiscalía pide cinco años y medio de prisión por dos homicidios imprudentes y lesiones | Los allegados del procesado dicen que iban «en caravana» y el atestado apunta a velocidad excesiva

El acusado del accidente de Nochebuena de 2020, este miércoles, en la sección segunda de la Audiencia Provincial.

El acusado del accidente de Nochebuena de 2020, este miércoles, en la sección segunda de la Audiencia Provincial. / Casteleiro / Roller Agencia

A Coruña

La defensa del acusado de matar a un matrimonio la Nochebuena de 2020 en un accidente de tráfico en el cruce de la avenida de Fisterra con la calle Gutenberg, en Agrela, pide su libre absolución y culpa del choque al conductor fallecido horas después del siniestro. «Es un accidente que se produce una noche de lluvia, con luz artificial en la que un vehículo se cruza en la trayectoria del otro, el coche de mi cliente estaba donde tenía que estar», defendió el letrado José Luis Gutiérrez Aranguren, antes del inicio del juicio, que empezó a celebrarse este miércoles en la sección segunda de la Audiencia Provincial y que seguirá este jueves, con la declaración de peritos y del propio acusado.

La Fiscalía pide penas de cinco años y medio para este procesado por dos delitos de homicidio imprudente y por un delito de lesiones por imprudencia grave y por un delito contra la seguridad vial, así como la retirada del carné durante ocho años. La acusación particular eleva las penas a quince años y medio de privación de libertad, seis por la muerte de cada uno de los fallecidos y tres y medio por las lesiones y suma a estas condenas, 24 años de prohibición de conducir.

En esta primera parte del juicio declararon testigos del accidente, entre ellos, la pareja del acusado y el hijo de ella, que iban en el vehículo siniestrado; y los hijos de los fallecidos, uno de ellos iba en su coche, justo detrás del de sus padres, ya que se dirigían a una cena familiar en Oleiros. Prestaron también declaración en sede judicial un agente de la Policía Local, que intervino en el siniestro, facilitando la primera asistencia a los implicados, el jefe de turno de los Bomberos, que también se desplazó al lugar del accidente aquella noche, y un agente encargado de realizar pesquisas para la investigación, como el reportaje fotográfico y la recogida de muestras.

Los allegados al acusado declararon que iban circulando «en caravana», que iban «despacio», porque tenían coches «delante, detrás y en los dos carriles» y que el coche de los ahora fallecidos se les echó «encima» interrumpiendo su trayectoria, ya que ellos iban rectos y el accidente se produjo en la intersección.

El hijo de los fallecidos que circulaba detrás de ellos aseguró que su padre se había parado antes de hacer el giro, incluso que él le había visto girar la cabeza para comprobar que no venían otros vehículos y que, cuando él iba a avanzar para ocupar el lugar que habían dejado libre sus padres, para meterse él también hacia la calle Gutenberg, ya vio el accidente. El agente que intervino para recabar vestigios del siniestro indicó que la «iluminación era normal» para esa hora de la noche, sobre las ocho y media y que la circulación era «fluida», en tanto que «había poca» afluencia de coches y que «no había retenciones».

«Fue un golpe muy violento», declaró este agente, toda vez que el coche de los fallecidos quedó empotrado contra un poste y fue arrollado unos veinte metros del lugar en el que se produjo el impacto. «Es un cruce en forma de T, así que la prioridad es de la derecha, la prioridad, en este caso, era para el vehículo Honda [el del procesado]», aclaró el agente. La velocidad en la zona en la que se produjo el choque está limitada a 50 kilómetros por hora y, según destacó el policía, había también bandas que recuerdan a los conductores que están llegando «a un punto conflictivo». Aseguró, además, que una de las testigos había manifestado que el procesado iba «a mucha velocidad». El atestado policial indica también que el coche del procesado circulaba a casi 125 kilómetros por hora, aunque, este miércoles, en las testificales practicadas, no se abundó en el cálculo de esa cifra.

Los fallecidos, que viajaban en un Volkswagen Bora, llevaban el cinturón puesto y fue necesaria la intervención de los Bomberos para su liberación. El procesado, que circulaba en un Honda Civic, dio negativo tanto en alcohol como en drogas. En sede judicial, varios de los testigos corroboraron que la mujer, que viajaba en el asiento del copiloto, falleció en el acto y que su marido fue trasladado con vida al Complexo Hospitalario Universitario A Coruña (Chuac), donde murió poco después, sobre las once y media de la noche.

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