Entrevista | Elíades Ochoa Músico, actúa este viernes en el Teatro Colón de A Coruña
"Jamás en la vida yo me he sentado en una escuela de música"
"A mí la música me da salud. Yo no tengo que estar yendo mucho al médico. Yo lo que tengo es que tocar. Yo lo que tengo es que tocar guitarra y cantar" | "Yo soy un amante de Juan Luis Guerra y me gustaría hacer algo con él"

Elíades Ochoa, esta mañana, en A Coruña. / Iago López / Roller Agencia
¿Qué vamos a escuchar esta tarde en el Teatro Colón?
En el Teatro Colón van a escuchar un repertorio bastante nuevo porque es del último disco que he hecho, el disco Guajiro, y entonces ahí hay muchas canciones que son de mi propia cosecha y quiero que el público las escuche para que me digan después si las dejamos ahí en el repertorio o las quitamos, porque el público es el que dice si está buena o está mala.
¿O sea, según hoy responde el público, va usted a decidir si eso es bien, pulgar arriba o pulgar abajo, como los gladiadores?
Si sigo sacando canciones o no saco más.
Después de su trayectoria, ¿todavía duda usted de su música?
No, no, no, eso no me pasaría jamás. No, yo voy confiado a cualquier concierto que yo vaya a hacer.
¿Pero a la hora de componer?
No, a la hora de componer igual voy confiado con lo que yo he hecho. Son canciones mías y son canciones que llegan al público y se quedan en el público y eso es señal de que le gusta a la gente. Y yo tengo algo que no quiero que se me olvide ¿Qué pasa? Que hay canciones que antes, hace muchos años, estaban en Cuba en el cajón del olvido. Y cuando llegué a Buena Vista Social Club, canciones que yo vengo haciendo de siempre, desde mi programa Trinchera Agraria en el año 63, yo vengo haciendo El Cuarto de Tula, El Carretero, Candela me Quemo. Y entonces, bueno, ahora esas canciones cuando llegaron por el Elíades Ochoa a Buena Vista Social Club, se hicieron famosísimas. La gente pensaba que eran canciones mías, que yo había sacado. Lo que pasa es que nunca las oían y la oyeron con Elíades Ochoa y Buena Vista Social Club. Pero yo estaba haciendo en Buena Vista lo mismo que yo hacía en Trinchera Agraria en Santiago de Cuba, La Trova, el Chan Chan, yo le hice la inauguración en la Casa de La Trova en Santiago de Cuba. Ahí por primera vez canté Chan Chan y toqué Chan Chan allí con el público de La Trova.
¿Y Chan Chan era una canción ya popular?
No, Chan Chan se empieza a hacer popular precisamente en la casa de La Trova. Es de Compay Segundo, no es mía, lo que pasa es que todos los trinos de la guitarra que suenan ahí, es un problema de Elíades Ochoa.
Habla de Elíades Ochoa como si no fuera usted.
Sí, pero bueno, es cierto, esos son preludios de mi guitarra. Que la gente piensa que yo soy de tresero, que toco el tres. Es guitarra, guitarra, no tres. Guitarra, guitarra, guitarra prima. Desde los siete años empecé a tocar las primeras notas en la guitarra. Que ya hace algunos años. Y una guitarra especial. Te digo que es una guitarra especial porque todas las guitarras normales tienen seis cuerdas y la guitarra de Elíades Ochoa tiene ocho.
¿Por qué?
Porque yo empecé a buscar el sonido del tres, el sonido del cuatro. Un sonido, una armonía distinta en mi guitarra.
¿La armonía? ¿Y qué buscaba usted exactamente que no pudiera conseguir con la guitarra clásica de seis cuerdas?
Algo que se pareciera un poco al sonido del tres cubano, el sonido del cuatro. Porque es lo que más se acerca al son cubano, ese sonido.
O sea, quería tocar el tres sin tocar el tres.
Sí, y entonces pues fui inventando esto y tengo una guitarra con ocho cuerdas. Y tiene algunas notas que se afinan distinto a la guitarra normal.
¿Las dos cuerdas añadidas se superponen por arriba a las agudas clásicas o por lo grave?
Más agudas, más agudas. Y nada, el problema es que por un lado eso llama la atención y la gente me pregunta mucho. Y me preguntan: “¿Qué instrumento usted toca con la guitarra?” Entonces se ríen como que yo les estoy engañando. Y no. No, no, no estoy engañando a nadie. Es una guitarra especial de Elíades Ochoa. Y entonces... Como te decía ahorita, de los temas que estaban en el cajón del olvido, que si yo no los pongo en el repertorio de esta noche, la gente lo pide. Que es El carretero, el Chan chan, El cuarto de Tula. ¿Por qué razón? Porque lo hice famoso en Buena Vista Social Club. Y de ahí se lo aprendió el mundo y de ahí me lo piden. Estas son canciones que llegaron para quedarse. Y ahí están y no van a morir nunca. Tienen vida eterna y yo se lo agradezco al proyecto Buena Vista Social Club y por supuesto que el proyecto Buena Vista Social Club le agradece a Elíades Ochoa. Esa fuerza que cogieron las canciones
La palabra que usted utiliza para referirse a su propia contribución a la música es “fuerza”. ¿Cree que eso es lo más importante que usted ha aportado?
No, yo vengo haciendo lo mismo que yo hacía en el año 63. En el programa Trinchera Agraria en Santiago de Cuba, mi provincia Santiago. Yo vengo haciendo lo mismo, yo no vengo haciendo otra cosa. Lo que hay son posibilidades de que tengamos que haya algún tipo de enriquecimiento, enriquecer algún tema con algún tumbado, con alguna nota distinta. Pero no cambiar lo que yo hacía
¿Usted lleva 60 años haciendo lo mismo?
Sí, sí, yo estoy seguro que sí. Y yo podría decir que estoy haciendo lo mismo hace más años que 60.
¿Sí?
Claro, pues empecé a tocar guitarra cuando tenía 7 años, empecé a tocar las primeras notas y a cantar. Entonces, bueno, con la edad que tengo, pues sencillamente puedo decir que hace 70 años que estoy haciendo la misma música, lo mismo.
¿Y no se cansa?
Yo no me canso.
¿Cómo vive usted la música con tantos años que lleva? ¿Está cansado? ¿Tiene ilusión todavía?
No, al contrario, yo quisiera que no me faltara. Porque yo siento que eso me da salud.
¿La música?
Sí, a mí la música me da salud. Yo no tengo que estar yendo mucho al médico. Yo lo que tengo es que tocar. Yo lo que tengo es que tocar guitarra y cantar. Y ver una sala llena de personas esperando que salga el Elíades a cantar todas las canciones de las cuales hemos hablado. Esas cosas a mí me dan salud, me dan mucha salud, me dan fuerza para seguir haciendo música en cualquier momento y en cualquier escenario, a cualquier hora. Yo me siento muy bien Todo empieza un día, pero hasta ahora no tengo colesterol, no tengo azúcar, no tengo de riñón, no tengo nada. Y me siento muy bien, así queesperemos que la naturaleza me dé unos años más para seguir haciendo música, para seguir sintiéndome bien.
¿Usted estudió música o técnica vocal?
Jamás en la vida yo me he sentado en una escuela de música. Yo nunca he cogido un pentagrama en la mano.
¿Y usted sabe leer pentagramas?
No, hombre, no. Jamás en la vida yo he leído un pentagrama. Igual que si me dieran una carta en chino escrita en China. Yo nunca en la vida. Yo no sé de pentagramas nada
¿Y cifrado de acordes?
Ni cifrado de acordes ni nada. Yo no sé del do ni el sol ni re ni nada. No, no, no.
Ni le interesa tampoco.
No me interesa y ahora menos. Si me pongo a estudiar música, estoy seguro de que me pondría bruto
¿Bruto?
Si voy a una escuela a estudiar, bruto en el sentido de que no voy a saber hacer lo que estoy haciendo. En estos momentos, si me pongo a hacer lo que me pongan en un papel, perdería otras cosas. Pierdo lo que yo siento y lo que yo hago. Y lo que yo hago hasta ahora parece que está bastante bien.
Ha colaborado usted con Bob Dylan, Enrique Bunbury, Rubén Blades o C. Tangana.¿Con quién le habría gustado o le gustaría colaborar?
Yo soy un amante de Juan Luis Guerra y me gustaría hacer algo con él. No lo hemos hecho nunca y yo sé que él admira la música cubana y yo lo admiro pero al 100%.
Gracias a la colaboración con C. Tangana se hizo usted conocido entre muchos jóvenes, al menos en España. ¿Le gusta verse asociado a gente más joven con músicas actuales o preferiría que lo asociaran a una cosa más tradicional?
No, al contrario. Lo que hice con C. Tangana, El madrileño, me viene de maravilla. Fue algo que me gustó lo que hicimos y fue algo que hicimos en el estudio. Ahí salió eso en el estudio en La Habana. No fue preparado Ni venía escrito ni nada, surgió así.

Elíades Ochoa, esta mañana, en A Coruña. / Iago López/ Roller Agencia
Parecía que la salsa desaparecia, pero Bad Bunny está llenando estadios cuando más rescata la tradición. Y C. Tangana arrasó también cuando rescató la tradición. ¿Cree que hay un resurgir de la música popular latina, es un buen momento, o es un colorcito que usan los de música urbana?
A mí me parece que está como que volviendo, me parece que hay algo que viene, que viene caminando. No sé si tenga razón. Te digo por lo que estoy viendo, por lo que estoy mirando por ver las salas llenas de público, pero ver dentro de ese público un 60%, un 50% de jóvenes y cantando las cosas de siempre. Y cosas que yo veo que me parece como que está volviendo a renacer, algo que estaba ahí con mucha belleza, con mucha fuerza, lleno de brillo. No sé si yo tendré razón. Hemos visto parte de este movimiento fuerte de juventud cuando se acercan a ver la revista musical de Buena Vista, una revista musical en Brooklyn, en Nueva York, que van tantas Eva Longoria, Jennifer López, Rubén Blades a ver la revista y que le ha gustado.
Usted es una figura internacional de la música y es autodidacta y estamos en un momento en el que las nuevas generaciones vienen muy formadas. De escuela, de conservatorio, saben su instrumento, piano acompañante, armonía… ¿Qué cree usted que es lo más importante en la música y para la música?
Nacer músico. Nacer músico.
Escuchaba estos días en una entrevista a la mujer de Camarón que decía que él “no estaba todo el día ensayando” ni nada de eso, que él decía que “si la pureza se tiene, se tiene” y sale, y ya está. ¿Usted piensa igual?
Eso sale ya. Ni estudiar ni nada de eso. Yo llevo, a ver, yo llevo Yo hago aquí [hace gesto de tocar la guitarra] lo que yo pienso aquí, yo lo hago aquí. Yo no necesito un papel, lo siento mucho, lo agradezco a quien trate de dármelo, pero yo no quiero papeles de ningún tipo. Yo quiero seguir pensando y haciendo lo que yo pienso con la guitarra. Yo conozco el diapasón de mi guitarra, yo sé lo que yo hago y yo no tengo que mirar. Yo no podría nunca estar tocando y mirando lo que yo hago. Igual que ustedes manejan la computadora, yo hago lo que hago.
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