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Una investigación en A Coruña que busca crear combustible en un barco en marcha

La mayoría de buques consumen combustibles fósiles, y resulta complicado implantar a bordo energías limpias. La investigadora Doha Elrhoul acaba de doctorarse en la Universidade da Coruña con una investigación sobre cómo aprovechar energía que se pierde para sintetizar hidrógeno y usarlo en los motores

La investigadora Doha Elrhoul. |  Casteleiro

La investigadora Doha Elrhoul. | Casteleiro

A Coruña

El 90% del comercio internacional pasa por el mar, pero, aunque los barcos son un medio barato y eficiente para transportar productos, contribuyen al efecto invernadero. «El 95% de los buques emplean combustibles fósiles», explica la investigadora Doha Elrhoul, suponen cerca del 3% de las emisiones mundiales de gases que contribuyen al cambio climático y se prevé que la proporción siga aumentando, pues «las energías más ecológicas, la solar o eólica, tienen limitaciones para emplearse en los barcos». Y, sin embargo, los buques actualmente pierden energía útil, como la que desprenden por el calor de los motores o gas que se desaprovecha, y Elrhoul acaba de doctorarse en la Universidade da Coruña (UDC) con una tesis sobre cómo emplearla para reducir su necesidad de combustible gracias al hidrógeno.

Su investigación se centró en los buques metaneros, es decir, los que llevan gas natural en tanques. Va a temperaturas muy bajas, «de -163 grados», y, pese a que los depósitos tienen buen aislamiento, una porción se va perdiendo cuando se caliente y evapora. Los barcos usan parte como combustible, pero otra simplemente se quema en una antorcha y se desaprovecha: volverlo a convertir en líquido resulta muy costoso energéticamente.

Ante esta situación, la investigadora propone «aprovecharlo para producir hidrógeno» que luego se empleará como combustible. La energía del gas natural, junto con el calor de los motores. La investigadora propone aprovechar esta energía para calentar agua y mover una turbina, transformándola en energía eléctrica, y luego utilizar esta para producir hidrógeno.

Según explica Erlhoul,la energía «residual» se transforma en mecánica y luego en eléctrica, que « se envía a los servicios del buque». El excedente «se destina a un electrolizador» que separa moléculas de agua en oxígeno e hidrógeno.El oxígeno se emite a la atmósfera, pero no produce efecto invernadero, y el hidrógeno, «que es una molécula verde», se puede almacenar y usar como combustible. «Por ejemplo, se puede emplear una mezcla del 70% de gas natural y del 30% de hidrógeno, sin cambiar los motores del buque, y ya hemos reducido el consumo de combustible»,. indica.

Beneficio a largo plazo

La implantación de las tecnologías necesarias para producir este siglo no es barata «en comparación con los combustibles fósiles», y los buques que las adopten «van a gastar mucho dinero» en un primer momento, pero «lo vamos a recuperar después», defiende Elrhoul, con la reducción del consumo de combustible y de las cuotas de emisión de dióxido de carbono. Además del beneficio ecológico, pues, como indica la tesis de la investigadora, las industrias marítimas se han comprometido a redudir su peso ecológico siguiendo las instrucciones de la Organización Marítima Internacional (OMI), pero las medidas hasta ahora «parecen ineficaces e insuficientes».

Durante la investigación del doctorado, en el programa de Energía y Propulsión Marina, Erlhoul con «simulaciones» en programas informáticos a partir de buques reales. Con ellos evaluó varias tecnologías para sintetizar hidrógeno y sus «ventajas y limitaciones» para analizar cuáles se adaptan mejor a su empleo en buques, e investigó cómo implanar sistemas de recuperación y mejorarlos. Los sistemas, indica, todavía están desarrollándose.

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