La silenciosa transformación de una de las calles más míticas de A Coruña: «Cada año se parece más a lo que era antes»
La calle Real, una de las más transitadas de A Coruña, vive una transformación silenciosa pero visible. Con 17 negocios gastronómicos, la histórica arteria peatonal combina la nostalgia de los viejos comercios de ropa, zapatos y joyerías con la llegada de locales de distintos productos de comidas

Jara, ante la puerta de Cafetería Confitería en la calle Real. / Carlos Pardellas
Hubo un tiempo en el que pasear por la calle Real era como hojear un catálogo de moda. Tiendas de ropa, zapaterías, joyerías y accesorios colmaban cada esquina de la histórica calle. Hoy, ese paseo emblemático se ve distinto. Huele a café recién molido, a canela, a pan caliente, a empanadillas argentinas y a jamón serrano. En apenas unos años, 17 locales de gastronomía han tomado el relevo de las boutiques, dibujando una nueva identidad para una calle que en su punto más bajo de afluencia se ha reinventado.
«Cada año la calle se parece más a lo que era antes»

Sandra Suárez, dueña de Mia's Empanadillas. / Carlos Pardellas
Muchos comerciantes encuentran en la nueva tendencia una oportunidad. La llegada de cruceros, turistas y coruñeses que pasean por el centro de la ciudad ha provocado que la comida «para llevar» sea la especialidad de los locales de la rúa. Sandra Suárez, la dueña de Mía’s empanadillas, instalada desde 2022, confirma el rumbo de la calle Real: «Se están poniendo cada vez más servicios de gastronomía y eso activa la calle. Sobre todo, el take away, porque la gente quiere algo versátil para ir comiendo mientras da un paseo. En verano y en Navidad el turismo lo nota mucho». El local que ocupa el número 49 recibe cada día «nueva clientela» lo que hace que «la calle siga viva».
«Cuando llegan los cruceros esto es una locura»

Jara Zas, encargada de la Confitería Cafetería A Coruña. / Carlos Pardellas
La idea de Suárez, de paseo que invita a probar pequeños productos, se repite entre los nuevos hosteleros. Fabián Álvarez abrió Buen Rollo hace poco más de dos meses junto a su esposa. Dice que se lanzaron porque apareció un pequeño local y no quisieron dejarlo escapar. «Ahora están abriendo muchos sitios de comida y eso nos beneficia a todos», comenta. Le gusta que el cliente pueda ir andando y escoger: «A mí mismo me gusta poder comer un rollo de canela, una empanadilla o un bocadillo de jamón. Cuanta más oferta, mejor». Jara Zas, encargada de la Confitería Cafetería A Coruña, coincide en que la variedad atrae público. Señala que cuando atracan los cruceros «esto es una locura» y que cada nueva apertura «trae más gente y eso siempre ayuda».

Una trabajadora de Casa Cerralbo. / Carlos Pardellas
También hay tiendas más nacionales, en Casa Cerralbo ofrecen un producto que desde hace un par de años se está viendo en todas las grandes ciudades de España, bocadillos preparados de jamón de cerdo ibérico. Francisco Sánchez, gerente del local, reconoce que la calle Real «había perdido importancia comercial» y por eso decidieron instalarse allí: «Para nosotros era un reto colaborar en que recuperase fuerza. Esta calle necesita tiendas con ilusión y ganas de luchar».
No todo es comida para llevar, en la calle peatonal siguen conviviendo tiendas de ropa, zapatos y cosméticos, farmacias e incluso bazares. En los números 71 y 77 están ya establecidos el Buenasuegra y el restaurante A Mundiña. Son establecimientos que dan comidas caseras y cenas durante toda la semana, pero a la hora del desayuno y la merienda, el claro referente es Bonilla a la Vista, un clásico coruñés que siempre cuenta con gente en su interior.

Una dependienta de Xiana. / Carlos Pardellas
Desde el lado de quien ha pasado toda una vida en esta calle, la situación no parece tan bonita. José Luis Quinzá lleva casi tres décadas al frente de Fresa y Chocolate, la primera tienda de chuchería de la zona. Él recuerda con añoranza los tiempos de mayor actividad comercial y admite que «la plaza de Lugo se ha llevado mucho movimiento». Siente que la nueva tendencia de bares y cafeterías «perjudica a los comercios de toda la vida». Xiana es la otra tienda que vende golosinas en esta calle. El encargado de la parte comercial, Alex Camaño, asegura que «cuantas más tiendas y cuanta más oferta, más gente y cuanta más gente, mejor para todos», una visión que resume lo que están viviendo la mayor parte de los comerciantes en esta nueva etapa de la emblemática calle.
Hoy nombres como Hemingway, American & European Market, Amasarte, Starbuks y la última incorporación a la calle, Chök, provocan la nostalgia de aquellos que vieron el cambio de los escaparates de boutiques por el entusiasmo de los nuevos sabores que ofrece la calle Real.
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