Augas de Galicia descarta adoptar medidas ya en A Coruña ante la falta de lluvias
El organismo público solo declarará la prealerta en caso de que el nivel de Cecebre, ahora en el 62,4% de su capacidad, baje de forma relevante en las próximas semanas | En julio de 2023 se declaró con el embalse al 69%

Imagen del embalse de Cecebre del pasado miércoles. | Carlos Pardellas
Augas de Galicia considera que no ha llegado todavía el momento de adoptar medidas preventivas sobre el consumo de agua en la comarca de A Coruña por la ausencia de precipitaciones, ya que estima que el nivel del embalse de Cecebre no es preocupante por el momento. El último dato conocido, referido al pasado lunes, situaba la ocupación en el 62,34% de la capacidad de la presa, un volumen ligeramente inferior al del año pasado por estas fechas, pero once puntos por encima del registrado en el otoño de 2017, año en el que se vivió la sequía más grave de los últimos tiempos y en el que Cecebre llegó a estar prácticamente a la mitad de su capacidad.
Según el organismo autonómico, las medidas preventivas solo se adoptarían si el nivel del embalse descendiera de forma significativa en las próximas semanas y fuentes del mismo destacan que para tomar decisiones como la declaración de prealerta por sequía hay que tener en cuenta la época del año en la que se produce la falta de lluvias. Así, hace dos años, la prealerta se adoptó en el mes de julio cuando el nivel del embalse era del 69%, ya que faltaba por transcurrir buena parte del verano y no eran esperables precipitaciones abundantes. En septiembre se confirmó esa previsión y, al situarse la ocupación en el 46,95%, la administración autonómica declaró la alerta por sequía en el área de A Coruña.
«Con eso concluimos si hay o no una situación de sequía prolongada. Y ahora mismo en Galicia Costa, la zona que nosotros controlamos, no hay ninguna zona que esté en esa situación», explican fuentes de Augas. Otro factor que se tiene en cuenta es la disponibilidad de agua suficiente para cubrir toda la demanda que puede haber, para lo que también se hace uso de la estadística para estudiar los datos de cada momento del año en comparación con los históricos, ya que «las demandas de agua no son las mismas siempre», especialmente en zonas costeras como A Coruña, en la que los veranos se produce un incremento del consumo por la llegada de turistas.
«Estamos entrando en el otoño y estadísticamente en Galicia es una época en la que llueve y las lluvias suelen ser bastante abundantes, la duda es cuándo puede empezar a llover y en 2017 no lo hizo hasta principios de diciembre», comentan los responsables de este departamento.
La situación no es la misma en toda la comunidad gallega, ya que la caída de un 62% menos de lluvia de lo habitual durante el pasado verano hace que el nivel de los embalses se sitúe en el 62,05, más de quince puntos por debajo del año pasado y casi siete menos que la media de los últimos diez años. Estos datos, junto con la previsión de que no haya lluvias destacables en los próximos días, han llevado a la Xunta a declarar la prealerta por sequía en la cuenca del río Verdugo (rías de Vigo y de Baiona), la del Lérez (ría de Pontevedra), la costa de Pontevedra, río Grande (Camariñas) y en el Anllóns hasta Arteixo, con un total de 45 municipios afectados, que en el caso de Baiona cuenta con medidas equiparables a la situación de alerta.
Para adoptar las decisiones sobre este fenómeno, la Oficina Técnica da Seca recurre a análisis estadísticos sobre las precipitaciones registradas de forma histórica en cada momento del año para determinar si se encuentran dentro de la media, a lo que se suman las mediciones efectuadas por Augas de Galicia en los ríos con el fin de comprobar si el caudal es el habitual en cada estación, según detalla ese organismo.
En los municipios en situación de prealerta, la Xunta recomienda a la ciudadanía el uso responsable del agua, de forma que restrinja el llenado de piscinas y el riego de jardines con agua potable, a lo que se suma el refuerzo en la vigilancia de los caudales y la sensibilización de la población.
Al analizar el nivel de ocupación de los embalses hay que hacerlo en relación a la época del año, ya que durante la temporada de lluvias sus normas de explotación establecen un porcentaje de resguardo, el 37,6% en el caso de Cecebre, como medida de seguridad ante la posibilidad de precipitaciones intensas que podrían producir grandes avenidas aguas abajo.
Una vez que se sobrepasa el periodo en el que son previsibles las precipitaciones intensas, el embalse puede ser llenado por completo, una situación que casi se había alcanzado el pasado mayo, cuando se encontraba al 96,8% gracias a las intensas lluvias caídas. Pero incluso a finales de marzo se situaba al 84%, muy por encima del nivel habitual en esas fechas.
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