Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Entrevista | Isaac Rosa Escritor

Isaac Rosa: «Cuando te das cuenta de que tanta gente duerme mal, ves que es un problema social»

Con ‘Las buenas noches’, Isaac Rosa observa el dormir y el no dormir, las noches y el deseo de cerrar los ojos para descansar. Presenta este miércoles su nueva novela en la Fundación Luis Seoane en el ciclo ‘Compaxinadas’

Issac Rosa escritor Fundación Luis Seoane

Issac Rosa escritor Fundación Luis Seoane / CARLOS PARDELLAS / LCO

A Coruña

Un hombre y una mujer que se conocen en el bar de un hotel y que comparten la dificultad de dormir. Son como amantes sin sexo que consiguen cerrar los ojos y descansar si están uno al lado del otro. Así explora el escritor Isaac Rosa el insomnio y todo lo que ello conlleva. En su visita a A Coruña habla de cómo surgió la novela, de que la escritura del libro le ha llevado a saber que muchos amigos y conocidos tienen problemas de sueño y de que el problema no está en la noche sino en lo que hacemos durante el día.

¿Qué tiene el sueño —o la falta de él— que le ha llevado a escribir esta novela?

El punto de partida de la novela es una temporada en la que yo he dormido mal. Empecé a pensar en las posibilidades de escribir una novela sobre el no dormir, que tuviese que ver con las noches y con cómo son las noches del que no duerme. A partir de esa búsqueda y de tener una historia que contar, que es lo primero que yo tengo, la historia de los dos protagonistas de la novela, es cuando voy viendo además las posibilidades de mirar a otros lugares para poder ver el dormir, el no dormir o el no tener que dormir como una serie de elementos que cuentan nuestro tiempo.

¿Es un problema colectivo?

Yo lo veo así, y la novela apunta en esa dirección. Cuando uno duerme mal siempre piensa que es un problema suyo, y encuentra sus motivos, qué es lo que le quita el sueño, y busca sus remedios también, pero muchas veces ni lo comparte, ni lo cuenta, ni va al médico. Lo tomas como un problema individual y le das una solución individual también. Pero cuando te das cuenta de que tanta gente duerme mal, de que hay estudios e investigaciones que te dicen que hay un porcentaje muy alto de población que tiene problemas para dormir, ves que es un problema como sociedad y que tiene que ver con nuestra forma de vida.

Parece un tema tabú.

No solemos buscar ayuda, más allá de buscar en Google y cosas así. Yo creo que tampoco nos tomamos tan en serio el no dormir como sí nos tomamos ya en serio el tema de la alimentación o la actividad física. El dormir no lo consideramos porque pensamos «bueno, ya dormiremos». Y no lo compartimos porque, al final, hablar de que no puedes dormir es hablar de lo que te preocupa, es hablar de tus problemas, de cosas íntimas. A mí me ha sorprendido, con la escritura del libro y luego ya con la publicación, darme cuenta de tantísima gente en mi entorno que duerme mal, gente de edades y situaciones personales y laborales muy diferentes. Yo creo que si lo compartiéramos, nos daríamos cuenta de que es un problema social y que los remedios individuales no valen. Hay que buscar otro tipo de remedio. Y también nos sentiríamos menos solos.

¿Qué ocurre por la noche que nos vienen pensamientos y preocupaciones?

El problema no está en la noche, el problema está en el día, en todo lo que hacemos o no hacemos que nos lleva así hasta la noche. Es verdad que en la noche, como estás en silencio, a oscuras, solo y sin distracciones, parece que tu cabeza atiende a todo aquello que durante el día evitas o no puedes atender. Lo que hacemos durante el día, cómo vivimos, es lo que hace que lleguemos al final del día agotados, pero con un cansancio que tampoco nos deja dormir. Y eso tiene que ver muchas veces con cosas que no están a nuestro alcance cambiar, con nuestras situaciones familiares, laborales, económicas o sociales. Para eso no hay remedio.

¿Diría que la de la novela es una historia de amor, de desamor o ambas?

Yo quería contarla como una historia de amor extraña. La historia de ellos dos, que se conocen y empiezan a dormir juntos. Una historia que comienza con un arranque de estos clásicos de chico conoce chica en el bar de un hotel una noche que no puede dormir. Parece el comienzo típico de cualquier historia de amor. Y los siguientes pasos también: hay una segunda cita, hay sucesivos encuentros, hay un sitio donde se ven, hay secreto, hay clandestinidad, hay necesidad de verse, hay echarse de menos e incluso hay celos. Pero falta un elemento, que es el sexo. No hay sexo en esa relación y a cambio está el dormir. Yo quería que fuera una historia de amor que no lo parece o una historia que no es de amor pero parece de amor .

Eso sí, se encuentran en hoteles baratos, sin grandes lujos.

Claro. Ya lo hice en mi anterior novela, Feliz final. Estamos acostumbrados a consumir ficciones audiovisuales en las que los protagonistas tienen siempre un nivel de vida, un poder adquisitivo y unos ingresos muy superiores a los de los espectadores. Yo siempre intento llevar las historias a otros niveles de ingresos, a otras rentas. En este caso hay una historia de dos que se encuentran y empiezan a dormir juntos, como si empezaran a tener sexo de forma clandestina, y normalmente la veríamos en hoteles que tienen albornoz, pero no, acaban en hostales que pueden pagar.

Tracking Pixel Contents