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Nicolás Atanes, divulgador: "Aplicando las matemáticas podemos asegurar que hay al menos un día al año en que cumplen años 667 personas en A Coruña"

El joven matemático estuvo este domingo en el Muncyt para dar una charla

El divulgador Nicolás Atanes en el Muncyt. |  Cedida

El divulgador Nicolás Atanes en el Muncyt. | Cedida

A Coruña

El joven divulgador bugarlés Nicolás Atanes ha demostrado que las matemáticas pueden ser tan fascinantes como cualquier disciplina creativa. Estudiante del grado de Matemáticas y con varios proyectos de divulgación en marcha, acaba de ofrecer una charla en el Muncyt titulada Las matemáticas son infinitas, en la que reivindicó la belleza y la utilidad de esta ciencia desde una mirada curiosa y accesible.

«Todo comenzó, la verdad, de manera un poco inesperada, cuando estaba en sexto de Primaria», recuerda. «Me di cuenta de un error en un problema que había en la pizarra. A partir de ahí empecé a interesarme por las matemáticas, participé en las Olimpiadas Matemáticas y eso fomentó mucho mi gusto por las matemáticas de verdad. Desde 2020 intento contagiar ese interés y divulgarlo. Este año estudié a distancia, pero siempre lo he podido compaginar muy bien»

Su participación en el Muncyt surgió, dice, «porque en esto de la divulgación ya llevo un tiempo, he hecho algunas cosas y, tirando de contactos, acabó surgiendo la idea de la charla».

En ella habló de cómo entender qué son las matemáticas y qué nos permiten hacer: «Las preguntas que nos podemos hacer en matemáticas son infinitas. Puse tres problemas que tienen una parte respondida, pero que les faltan muchas más preguntas por hacer. Si se descubren las matemáticas de esta forma, formarán parte de nuestras actividades más atractivas, no algo mecánico y aburrido».

Atanes cree que el problema no está en la dificultad de la materia, sino en cómo se imparte. «Las matemáticas se enseñan de una forma tan mecánica, tan repetitiva y sin sentido, que los estudiantes acaban cogiéndoles manía. Hay que enseñar a pensar, a ser críticos, y de esa forma conseguiremos que la gente les quite el miedo». Eso sí, aboga por no bajar la dificultad a la hora de aprender la materia: «Se está bajando mucho el nivel y llegaremos a un punto en el que será nulo. El nivel tiene que ser el que tiene que ser, pero hay que enseñar bien para entender y valorar».

El joven habla de que las matemáticas se pueden aplicar a muchos aspectos y pone algunos ejemplos con la ciudad y la provincia: «La costa de la provincia de A Coruña es más larga que toda la de Andalucía. Es una cuestión de cómo se miden las costas, la curva coruñesa es muy fractálica, muy complicada, mientras que la del sur es más recta. Cuanto más amplías, más detalle aparece». También aplicó el Principio del Palomar a la ciudad: «En A Coruña, con los habitantes que hay, podemos asegurar que hay al menos un día al año en que cumplen años 667 personas como mínimo».

Su trabajo de divulgación le ha llevado incluso al The New York Times, gracias a un proyecto de turismo matemático desarrollado en Barcelona. «Consiste en recorrer la ciudad resolviendo problemas relacionados con lugares emblemáticos, por ejemplo, contar cuánta gente cabe en la plaza Cataluña o usar el teorema de Pitágoras para calcular la inclinación de una columna de la Sagrada Familia. Es una forma de conocer una ciudad con ojos matemáticos. Y es algo que también se podría hacer en A Coruña», apunta.

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