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Los coruñeses debaten el cambio de la hora: «Tener la de invierno todo el año sería mejor para el reloj biológico»

Cada seis meses, los cambios de hora obligan a ajustar rutinas, con problemas, sobre todo para niños y mayores. La propuesta del Gobierno de eliminar los cambios genera debates: los psicólogos apuestan por universalizar el horario de invierno, y los comerciantes por el de verano

El reloj del Palacio Municipal de María Pita. |  Carlos Pardellas

El reloj del Palacio Municipal de María Pita. | Carlos Pardellas

A Coruña

El cambio de hora podría desaparecer el próximo año. El Gobierno de España propone a la Unión Europea acabar con los horarios diferenciados de invierno y verano, que, afirman, apenas tiene impacto en el consumo energético y perjudican a la salud de los ciudadanos. Algunos colectivos en A Coruña, desde los mayores a los comerciantes, respaldan la desaparición de este cambio, aunque no hay unanimidad acerca de cuál debe ser el horario definitivo. Para los psicólogos, el reloj debería sincronizarse con el horario que empieza la madrugada de este domingo, que permitirá a los españoles dormir una hora más, y, al igual que otros grupos, consideran que los más afectados por las modificaciones son los niños pequeños y los mayores.

El cambio es menos problemático que el que se produce para introducir el horario de verano, y que obliga a levantarse una hora antes. «Los taxistas solemos abrir las calles, nuestra jornada empieza a las cinco de la mañana», explica Ricardo Villamisar, presidente de Teletaxi, «así que cuando se adelanta una hora, la primera semana se lleva bastante mal: y el estado de ánimo es más bajo que cuando hay sol» por la mañana.

Pero, pese a que este sea el horario al que es más difícil acostumbrarse, lo considera preferible Carolina Carrillo, una de las propietarias de Luna Lunera de la calle Real y presidenta de la Zona Comercial Obelisco. «Estoy a favor de que la hora no se cambie y a favor del horario de verano, con más luz del sol por las tardes, antes de que cerremos», explica, pues en invierno, con el atardecer más temprano, «se queda un poco desierta la calle» cuando los vecinos se retiran por la oscuridad. Aunque, añade, los gastos de iluminación de un comercio no cambian demasiado aunque fuera haya sol o no.

Para el presidente de la Asociación Provincial de Empresarios de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete, en su sector «no hay una afectación directa, trabajamos con el horario que sea». Según pone como ejemplo, «al final, uno hace vida social, y esta no va con el reloj biológico: cuando sales de trabajar te vas a tomar algo», haya caído o no la noche. «Los grandes perjudicados son los niños y los mayores», resume, pero a los hosteleros «no nos afecta, nosotros trabajamos con el horario que sea», finaliza Héctor Cañete.

La Asociación Galega de Pediatría de Atención Primaria (Agapap) y la Sociedade Galega de Xeriatría e Xerontoloxía no han realizado valoraciones a este diario sobre los efectos que tienen las variaciones de horas sobre niños y mayores. La presidenta de la Federación Provincial de Anpas de Centros Públicos, Lidia Paz, señala que el tema de los diferentes horarios «nunca ha salido a debate» en su colectivo, pero cree que «el problema viene más por el cambio en sí que por uno u otro horario». «Es una opinión particular mía, pero creo que el horario que deberíamos tener es el que respeta nuestras horas de luz, pero en España no estamos todos en el mismo huso», añade.

Pues, según recuerda Fernando de Llano, director de la Oficina de Sostenibilidad de la Universidade da Coruña (UDC), en Galicia «quizás deberíamos tener la hora de Portugal o de las Islas Canarias», la que corresponde por uso horario. Desde la oficina piden que si se toma una decisión «se tengan en cuenta criterios científicos y económicos, así como el posible ahorro o eficiencia en los consumos energéticos», pero también los «condicionantes biológico-sociales», pues la hora «influye en la vida de las personas».

Tampoco hay un posicionamiento formado por parte de la Asociación de Directores e Directivos de Institutos de Galicia, según explica su presidenta, Isabel Ruso, que es la directora del instituto Eusebio da Guarda de A Coruña. «Sí es cierto que el cambio al horario de verano afecta a los chicos, pues es la pérdida de una hora de sueño», indica la directora, que también opina que la modificación tiene efectos en los mayores.

Y para el coruñés de 85 años Juan José Lojo, que administra el grupo de Grupo de Pensionistas de Cigarreras, Tabaqueros y Mayores, el salto de horarios «desestabiliza» a los vecinos de edad avanzada. «Nosotros no vemos que produzca más horas de descanso mejor para nosotros», indica Lojo, que vería bien que se establecería un único horario para todo el año, aunque admite que «los países nórdicos no van a opinar lo mismo que los del sur, ni Galicia que Baleares». Los mayores, considera, están «acostumbrados a un ritmo de vida, de horario», y son «más cuadriculados y ajustados a nuestras normas: todo lo que nos quite de eso nos altera». Esto se ve especialmente, explica, en las personas que tienen algún problema psicológico.

En favor de la hora de invierno

Para Concepción Rodríguez, psicóloga clínica y miembro de la Comisión de Cultura del Colexio Oficial de Psicoloxía de Galicia, habría que implantar todo el año «el horario de invierno, el que va a empezar ahora» y permite una hora más de luz por las mañanas. Es la mejor opción, considera, «para los ritmos circadianos, el reloj biológico», pues si una persona se levanta y empieza a realizar sus actividades sin luz natural «el cerebro concibe que todavía es de noche».

Si al despertarse hay sol, en cambio, el mensaje que se recibe a nivel cerebral es que «hay que activarse porque es de día». Tradicionalmente los cuartos de dormir se hacían orientados al este», añade González, para que el sol de la mañana entrase por la ventana y ayudase a empezar la jornada.

La profesional explica que en los adultos tienen «más capacidad de adaptación» cuando se cambian los horarios y les afectan en menor medida. Pero «los niños necesitan dormir mucho, si les quitas una hora de sueño les está afectando», y las personas mayores son también «más sensibles a estos cambios». Las modificaciones de horario «duran unos días, tampoco vayamos a pensar que es una cosa tan horrorosa», afirma Rodríguez, pero pueden causar fatiga y dificultades para dormir o concentrase.

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