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Los tres bocadillos que no te puedes perder en A Coruña: "Hacemos lo mismo que hace 30 o 40 años"

Un plato que se mantiene vigente en locales clásicos y modernos gracias a su rapidez y buen precio

Un grupo de jóvenes disfrutan de los bocadillos en A Coruña

Un grupo de jóvenes disfrutan de los bocadillos en A Coruña / Carlos Pardellas

A Coruña

Los bocadillos son uno de los platos más queridos y socorridos de la gastronomía. Una elaboración barata, contundente y con múltiples opciones en sus ingredientes para satisfacer a todo tipo de paladares.

Hablar de este plato en A Coruña es hablar del Bar Rogelio, todo un emblema de la ciudad: «Este es un negocio familiar desde el año 1979 y yo llevo 40 años trabajando», cuenta Juan Manuel González, el responsable.

Aunque llevan desde 2014 en la calle San Roque, antes estaban en la plaza de As Atochas, frente al cuartel. «Lo cogieron mis padres y desde los 90 estoy yo. El negocio ya existía de antes y le dejamos el nombre de Rogelio porque lo conocía así la gente de la zona».

Los bocadillos siempre estuvieron en la carta: «Era conocido por llevar bocatas al cuartel en los años 60 o 70». Ahora bien, las estrellas de la carta son una creación de Juan Manuel: «Los guerrilleros y los caníbales los introduje en los años 90. El nombre surgió del cachondeo con los militares que paraban allí, aunque el objetivo era captar nuevos clientes y funcionó».

Sobre el éxito que tiene este plato, el hostelero apunta que «cada vez queda menos lo de siempre». Juan Manuel considera que lleva haciendo «lo mismo que hace 30 o 40 años» y que las modas gastronómicas «van y vienen».

Como no podía ser de otra forma, los caníbales y guerrilleros son los más vendidos, destacando especialmente todos aquellos que llevan pollo, «aunque todos funcionan muy bien».

La reinvención de La Esquina de Valentina: "Son los únicos platos que no toco"

Nacho Moreira con sus bocadillos en La Esquina de Valentina

Nacho Moreira con sus bocadillos en La Esquina de Valentina / Iago López

Para Nacho Moreira, de La Esquina de Valentina, establecimiento situado en la calle Galera, el bocadillo tiene algo de memoria colectiva. «Es un plato que gusta tanto porque lo hemos tomado toda la vida», explica. «Desde niños, cuando andábamos al parque y comíamos un bocadillo de chocolate, hasta los mayores, como mi abuelo, que tomaba pan solo, o con aceite. En Galicia el pan es tan bueno que muchas veces eso ya bastaba».

El chef es un maestro de este plato y asegura que el secreto está en el equilibrio. «No todos los panes valen para todos los bocadillos. Hay rellenos que necesitan panes más blandos, otros más duros. A veces tiene que absorber el jugo, otras no. El pan es lo más importante, pero también hay que pensar en el conjunto».

En su local, el más querido por el público es el de brioche de chuletón, aunque él confiesa que su favorito es el de xarda con algas. «Es brutal. Pescado, algas, ajo, aceite... todo encaja».

Aunque sus bocadillos son diferentes, el público los acogió desde el principio: «Fue mucho mejor de lo que yo pensaba. Abrí hace cinco años y los bocatas son los únicos platos que no toco».

El servicio a domicilio de La Tradicional: "Es un plato rápido y económico"

Brielli Estevam con los bocadillos de La Tradicional

Brielli Estevam con los bocadillos de La Tradicional / Carlos Pardellas

En la calle Cultura, La Tradicional, dirigida por Juan Gómez y con Brielli Estevam como encargada, representa la otra cara del fenómeno: la del bocadillo como producto de cercanía y de reparto a domicilio.

«Abrimos en 2021, después de la pandemia», recuerda Brielli. «Como no se podía tener el local con gente, empezamos en un sitio con todo para llevar y a domicilio. Teníamos los clásicos —de bacon o pepito de ternera— y otros más especiales, como el de albóndigas caseras».

La carta juega con nombres que se quedan en la cabeza: el Koruño (de albóndigas), el Gallego2.0 (criollo con salsa chimichurri, o el Madrileño (de calamares). La fórmula ha funcionado. «Tenemos muchos pedidos a domicilio, sobre todo en días de partido o los mediodías de diario. Y mucha gente que viene del colegio o del instituto de la zona. Es rápido y económico», resume Brielli. Entre sus superventas están el de jamón asado, el de albóndigas y el Andaluz (una versión del serranito). Ahora preparan su mudanza a un local más grande, en la Avenida Gran Canaria, con mesas para quienes prefieran comer allí mismo.

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