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Los colegios de A Coruña ya tienen su ‘playlist’: «Es mucho mejor que la sirena»

Cada vez son más los centros de la ciudad que apuestan por cambiar la sirena tradicional que daba comienzo al inicio de la jornada por canciones para «crear un ambiente más alegre» a los estudiantes. «Los niños entran cantando», aseguran desde uno de los colegios que opta por esta iniciativa

Responsables del Curros Enríquez señalan el altavoz por el que sale la música. |  Casteleiro

Responsables del Curros Enríquez señalan el altavoz por el que sale la música. | Casteleiro

A Coruña

Miguel Ríos, Andrés Do Barro, Rosario Flores, La muñeira de Chantada o Moving de Macaco. En los colegios de A Coruña ya no suena la sirena tradicional que durante décadas marcó el comienzo de las clases y el final del recreo. Ahora, cuando los alumnos llegan por la mañana o cuando se abre la puerta del patio, lo que se escuchan es una canción. A veces en gallego, otras populares y, la mayoría adaptadas a la fecha del calendario. Lo cierto es que el día en los centros arranca con ritmo, y las escuelas se llena de un sonido «más humano».

«Cada día ponemos una canción diferente, la misma para la entrada y para la salida. Procuramos que sea en gallego y con letras alegres», explica Rafael Dopico, del equipo del CEIP Rosalía de Castro, uno de los primeros centros en implantar esta iniciativa. En este colegio, la música suena desde hace más de una década. «A veces elegimos temas relacionados con fechas señaladas, como el Día de la Paz o el de la Discapacidad. Los niños entran cantando, les encanta. Es mucho mejor que el ruido de la sirena, que parecía un incendio», añade entre risas.

La experiencia se ha ido extendiendo por toda la ciudad. En el CEIP Curros Enríquez, por ejemplo, la megafonía marca el ritmo del día desde hace años. «Ahora, por Samaín, suenan canciones de la época, pero también ponemos música gallega o temas populares como Bienvenidos, de Miguel Ríos», cuentan desde el centro. «Les gusta mucho. Algunos entran bailando por los pasillos. Es una manera bonita de empezar la mañana. Les cambia el ánimo».

La idea es similar en el CEIP Raquel Camacho, donde llevan más de tres años apostando por la música. «Suena cuando los niños llegan, al inicio y al final del recreo y antes de salir», explica Josefa Lois, del equipo del centro. «Las canciones son variadas, ponemos bastantes en gallego, todas las que los niños conocen. A lo mejor no todos vienen contentos a clase, pero la música ayuda».

En muchos casos, la elección de las canciones responde al calendario escolar o a proyectos educativos. En el CEIP Juan Fernández Latorre, cada festividad tiene su propia banda sonora: villancicos en Navidad, canciones de miedo por Samaín, temas por la igualdad el Día de la Mujer o melodías por la paz. «Tratamos de que la música tenga sentido, que acompañe lo que se trabaja en el aula», explican desde el centro. Otros colegios, como el María Pita o el Alborada, tienen su propio método. En el primero, suena la misma canción durante toda la semana, mientras que en el segundo cambian de tema cada varias semanas. «Tenemos una propia lista con música divertida y variada. A veces en gallego, otras en castellano o incluso alguna tiene sonado en inglés», cuenta Mari Carmen García, administrativa del CEIP Alborada.

Cada colegio lo adapta a su manera. En el Rosalía de Castro, por ejemplo, la selección corre a cargo del conserje; en el Raquel Camacho, de un profesor; y en el Curros Enríquez, se hace en conjunto. «Los alumnos reaccionan muy bien. Algunos incluso protestan cuando una canción no les gusta o piden que pongamos otra», comentan desde el Curros Enríquez. Esa interacción es habitual: «A veces dicen ‘esa no, esa no’, o nos piden otra más movida. Pero al final la disfrutan, se ríen, bailan… Es bonito verlos así».

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