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Los niños de A Coruña toman la palabra por el medio ambiente: "Cuando vemos un grifo abierto, ya no pasamos de largo"

Fundación Repsol premia los proyectos de dos centros de Arteixo y A Coruña por los trabajos que llevaron a cabo durante el curso con un compromiso con el medio ambiente y un pensamiento crítico de los alumnos.

El CEIP Ponte dos Brozos de Arteixo y el IES Rafael Dieste de A Coruña recogen el reconocimiento como mejores centros Zinkers del área coruñesa. |  LOC

El CEIP Ponte dos Brozos de Arteixo y el IES Rafael Dieste de A Coruña recogen el reconocimiento como mejores centros Zinkers del área coruñesa. | LOC

A Coruña

«Aprendimos que el agua es vida, y que cuidarla también depende de nosotros», cuenta Mohamed, estudiante del instituto Rafael Dieste de A Coruña, con la serenidad de quien ha descubierto algo más grande que una simple lección de ciencias. Su instituto fue uno de los dos centros reconocidos por Fundación Repsol por su participación en el programa educativo Zinkers, una iniciativa que enseña a los más jóvenes a comprender y proteger el entorno desde la acción.

Guiados por su profesora Mónica Reigía, los alumnos recorrieron las fuentes históricas de la ciudad, estudiaron su historia y analizaron el agua que brota de ellas. Descubrieron grifos oxidados, caños secos y también rincones llenos de vida que habían pasado desapercibidos. «Queríamos conocer mejor algo que bebemos todos los días y no valoramos lo suficiente», explica Mohamed. De sus investigaciones nacieron un documental, un podcast y un trabajo más amplio sobre cómo poder «recuperar los manantiales de A Coruña». «Ahora, cuando veo una fuente, me fijo más. No paso de largo», admite Mohamed, con una sonrisa tímida y el premio de 2.000 euros que consiguieron en las manos. En las clases que tuvieron desde septiembre también abordaron el hundimiento del petrolero Prestige y «la repercusión que tuvo en las aguas de Galicia», todo en relación con la «importancia del agua».

En la categoría de Primaria, el reconocimiento viajó hasta Arteixo, al colegio Ponte dos Brozos, donde los alumnos de sexto llenaron su colegio de color. En su patio, un gran mural recuerda los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pintado por las propias manos de los niños. «Queríamos que todo el que pasase por aquí pensase en cuidar el planeta», asegura Emma, una de las alumnas. «Se lo contamos a nuestros padres y amigos para que ellos también aprendan la importancia de los ODS, que nosotros antes tampoco lo sabíamos», añade Candela, otra de las alumnas del centro coruñés.

El profesor del colegio Adolfo Carabias, impulsor del proyecto, asegura que el secreto está en dejarles experimentar. «No se trata solo de enseñar sobre el medio ambiente y la sostenibilidad, sino de vivirla. Que planten, pinten, se manchen las manos y vean que su trabajo tiene un impacto real. Así lo hicieron con el mural». La lección, dice, la aprendieron todos en el centro: «Cuando los niños creen en algo, arrastran a toda la comunidad y eso está muy bien».

Todos estos proyectos forman parte de Zinkers, el programa educativo gratuito de Fundación Repsol que nació con el objetivo de «despertar la curiosidad y el compromiso ambiental desde las aulas». Desde 2019, ha llegado a más de 7.000 centros de España, más de 600 en Galicia, y ofrece recursos para que los docentes enseñen sobre energía, sostenibilidad y cambio climático a través de la práctica. «Siempre buscamos que los alumnos comprendan que ellos también son parte del cambio», explica Carmen Valdés, responsable del desarrollo de los programas Zinkers en Fundación Repsol.

«Cualquier colegio puede participar», explica Valdés. «Solo tienen que registrarse de forma gratuita y acceder a todos los materiales. Los docentes eligen cómo integrarlos en su programación. Pueden trabajar un tema concreto o desarrollar un proyecto completo a lo largo del curso. Es muy flexible y se adapta tanto a Primaria como a Secundaria o Formación Profesional. Lo esencial es que cada centro encuentre su manera de implicar al alumnado y de conectar la teoría con su realidad cotidiana».

Durante la jornada celebrada este martes en la Fundación Paideia, los niños y profesores recogieron sus premios ante representantes de los ayuntamientos de A Coruña y Arteixo y del complejo industrial de Repsol. Pero más allá del reconocimiento, lo que llenó la sala fue la ilusión. «Queremos seguir haciendo cosas, y ahora que ganamos queremos volver a participar», aseguró Mohamed al terminar el acto.

En la jornada los protagonistas fueron los niños, que demostraron que aprender sobre sostenibilidad puede ser mucho más que memorizar conceptos. «Ahora, cuando vemos un grifo abierto o un papel en el suelo, ya no pasamos de largo», reconoce el alumno del Rafael Dieste. En los patios y aulas de Ponte dos Brozos, la lección está clara. Cuidar el planeta también se enseña y «con estos proyectos más y mejor».

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