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Urbanismo impone 20 multas por 30.000 euros por falta de conservación de edificios

Las sanciones corresponden a deficiencias detectadas este año | La más alta, de 6.000 euros, se ha dirigido a los propietarios de un inmueble situado en el número 21 de la calle Asturias, en el barrio de Os Mallos

Número 21 de la calle Asturias

Número 21 de la calle Asturias / CARLOS PARDELLAS

Ana Carro / Gemma Malvido

A Coruña

El Concello busca eliminar de las calles los edificios ruinosos o en mal estado que generan no solo una mala imagen sino también problemas de seguridad y de insalubridad en inmuebles próximos. Además de contar con un plan de recuperación ruinas para dar soluciones más ágiles al estado de abandono en el que se encuentran algunos edificios y solares de la ciudad, impone multas a aquellos propietarios que incumplen la Ordenanza de Conservación y Rehabilitación de Inmuebles de A Coruña, que les obliga a tener sus propiedades en buen estado. En lo que va de año, el Ayuntamiento ha tramitado 20 multas que suman 30.000 euros por incumplir el deber de conservación.

Las más cuantiosa, de 6.000 euros, corresponde al número 21 de la calle Asturias, en Os Mallos. Su fachada está apuntalada desde hace unos ocho años, lo que dificulta el paso por la acera y lleva a peligro de desprendimientos. En su exterior se puede ver el anuncio de una nueva promoción de viviendas con precios que parten de los 146.000 euros. La multa para el número 7 de la calle Mercado es de 2.500 euros. Situado junto a la plaza de España, la entrada de este edificio está rodeada de vallas amarillas.

En el listado municipal de sanciones tramitadas durante este año hay dos edificios sobre los que recaen ya dos multas para cada uno: una de 1.000 euros y otra de 2.000. Uno de ellos está situado en el número 10 de Puerta de Aires, al subir por las escaleras que van de María Pita al corazón de la Ciudad Vieja. El otro con doble castigo está en Alfredo Vicenti 16, muy cerca de la plaza de Maestro Mateo.

Por Ensanche y Pescadería se pueden encontrar más inmuebles en los que se ha incumplido el deber de conservación, por lo que se ha impuesto una multa de mil euros. Es el caso del número 1 de Emilia Pardo Bazán y el número 12 de la calle de la Estrella . En el 58 de San Andrés, la sanción se eleva a 2.000 euros.

Fachada del número 7 de la calle Mercado. |  Carlos Pardellas

Fachada del número 7 de la calle Mercado. / Carlos Pardellas

Los números 46 y 48 de la calle Orzán llevan años cubiertos por una lona y en mal estado. La multa para cada uno es de mil euros. La misma cuantía con la que el Concello ha castigado las deficiencias detectadas en el número 2 de la plaza Marqués de San Martín, delante de la iglesia de San Jorge, o el número 9 de la calle San Juan y en el 28 de Cabana, vía próxima a la fuente de Cuatro Caminos. En A Falperra, la sanción para el número 4 de Pla y Cancela se eleva a los 1.500 euros. El Concello también ha impuesto multas a aquellos que no cumplen con su obligación de mantener sus viviendas en buen estado lejos del centro: en la calle Río y en la calle San Pedro de Visma, así como en el número 6 de la calle Félix Rodríguez de la Fuente, en la Urbanización Breogán, cerca de Feáns. El listado lo completan el número 32 del polígono de Agrela y el 9 de Alberto Garaizabal Macazaga, en O Birloque, con sanciones de mil euros.

Plan de ruinas

Además de la labor de vigilancia y los avisos y multas por incumplimientos, el Concello tiene en marcha un Plan de recuperación de ruinas, que por ahora cuenta con ocho edificios ruinosos a los que quiere dar una nueva vida. Hace unos días salió a subasta pública el número 3 de la calle Damas, que lleva dos décadas en mal estado. El precio de partida es de 110.884 euros. Hay otros inmuebles para los que ya tienen planes para su rehabilitación: el 140 de San Andrés, donde se proyecta un hotel, y el 72 de la calle Orzán.

Os Mallos, un barrio «en transición»

«Tuvimos muchos problemas con los bajos y las fincas en estado de abandono; muchas fueron compradas por constructoras y algunas ya empezaron a ser rehabilitadas y otras están esperando a que empiecen las obras, pero el problema grande de la ocupación ilegal ya no lo tenemos porque los bajos más cnflictivos fueron tapiados», explica la presidenta de la asociación de comerciantes Distrito Mallos, Alba Balsa, que define este momento del barrio como «en transición» porque todavía hay obras de rehabilitación pendientes de desarrollo, pero se han realizado otras muchas que han dado una nueva imagen al barrio.

«A nosotros nos gustaría que se agilizasen las obras porque son más viviendas y más familias radicadas en el barrio, que es lo que necesitamos, porque Os Mallos tiene mucho potencial», relata Balsa, que destaca que hay mucha vivienda racionalista que convive con «edificios que hicieron arquitectos con nombre y apellidos» y que, si bien hay inmuebles que no tendrían valor arquitectónico por sí mismos, sí que son importantes en el entorno en el que se erigieron.

«Es importante conservar esa imagen de conjunto porque, además, cuando los edificios están rehabilitados quedan maravillosamente», describe Balsa, que asegura que los problemas de convivencia que asolaron el barrio años atrás a raíz de la ocupación ilegal de inmuebles se han terminado y han quedado atrás. Eso sí, no niega que, alguna vez, se reactiva algún punto de venta de menudeo de sustancias estupefacientes y que eso los retrotrae a momentos pasados, con conflictos entre los vecinos y mal ambiente. «Ahora mismo estamos en una etapa en la que estamos remontando poco a poco», resume Balsa sobre el estado actual de Os Mallos, que se encuentra en una fase de transición tanto a nivel particular como urbanístico global, con las obras de la intermodal.

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