Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Una pionera del fútbol femenino coruñés

Mi padre fue uno de los fundadores del club de fútbol Orzán e iba a ver los partidos con él, lo que quizás me animó a practicar este deporte en el Karbo, con el que fui campeona de España tres veces como jugadora. También lo fui en cinco ocasiones como entrenadora con otros clubes

Pilar, a la izquierda, con una de sus hermanas, en la playa de Santa Cruz

Pilar, a la izquierda, con una de sus hermanas, en la playa de Santa Cruz / LOC

Pilar Neira Martínez

Nací en Londres, pero a los dos meses mis padres, Antonio y Paquita, decidieron regresar a A Coruña para residir en la casa de mis abuelos, Antonio y Antonia, en la calle Río Ézaro, donde ya estaban viviendo mis hermanas, Mari Carmen y Silvia. Estuvimos allí hasta que cuando cumplí dieciséis años nos trasladamos a Cuatro Caminos, donde vivimos durante nueve años.

Mi primer colegio fue el de la Caja de Ahorros en ronda de Nelle, en el que estuve hasta que suprimieron la educación infantil, por lo que me cambiaron al Concepción Arenal y dos años más tarde volví al primero para hacer el ciclo de administración. Después estudié Educación Infantil en una academia y luego me puse a trabajar con mi hermana Silvia y su marido, Manolo, quienes habían abierto una escuela infantil en la antigua casa de mis abuelos que cerrará este año tras cuatro décadas.

Mis amistades de la infancia fueron Alba, Lorena, Loli Candal, Manolita Pestoni, Marián Chouciño, José, Alberto, Pepiño y Juanito. Jugaba mucho con los chicos, sobre todo a la pelota, e incluso iba con ellos en aquellos carritos de madera con ruedas de acero hechas con rodamientos viejos y con los que competíamos contra otras pandillas bajando a toda velocidad por la Cuesta de la Unión, algunas veces con cuatro de nosotras montadas y con un taco de madera o nuestros zapatos como único freno.

Pilar, en un partido en el campo de La Granja

Pilar, en un partido en el campo de La Granja / LOC

De quinceañera me divertía con mis amigas Margarita, Yolanda, Clara y Remedios bajando al centro para pasear por la calle Real, los Cantones y los Olmos, donde solíamos parar en el bar Otero, así como en el Siete Puertas, La Patata y los Tigres Rabiosos, aunque lo malo era que las chicas teníamos que estar en casa antes de las diez. Siempre que queríamos fumar un pitillo nos acercábamos al teatro Rosalía de Castro, en cuyos soportales estaba el puesto de Manolita, quien nos vendía tabaco de marcas americanas en cigarrillos sueltos.

En verano solía ir con las amigas a las playas del Lazareto, Santa Cristina y Riazor, en las que pasábamos el día con unos bocadillos, aunque si llevábamos mucha comida y nos sobraba, a la vuelta la tomábamos en la terraza de la cervecería de la fábrica de Estrella Galicia en Cuatro Caminos.

Cuando me casé con José Antonio, conocido por Bellas, nos instalamos en la calle Ramón Cabanillas y tuvimos una hija llamada Antía. Él era subastador de pescado y entrenador del Maravillas, por lo que le conocí cuando se creó el primer equipo de fútbol del barrio. Yo ya estaba en el equipo femenino del colegio Karbo y también jugaba al balonmano en el Coruña y permanecí en ambos clubes hasta los 32 años. Mi afición por el fútbol quizás se la deba a mi padre, que fue socio fundador del Orzán y me llevaba siempre a ver los partidos de su equipo en el antiguo campo de La Granja y en la explanada del estadio de Riazor.

La autora, en la casa de sus abuelos

La autora, en la casa de sus abuelos / LOC

En el fútbol fui campeona de España ocho veces, tres como jugadora y cinco como entrenadora con diversos equipos, como Breogán, Riazor Fútbol Sala y selección gallega de fútbol playa. El primer campeonato de España como jugadora de la selección gallega lo disputamos en el Camp Nou ante más de 20.000 personas y fue el primer partido que jugamos las mujeres a ese nivel, por lo que guardo un gran recuerdo de él.

En 1981 fui una de las cuatro primeras mujeres —junto con Inma Castaño, Tere Faraldo y Manola Blanco— que hicimos el curso de la escuela de entrenadores de fútbol, de las que soy la única que sigue en activo.

En la actualidad voy a la cárcel de Teixeiro a entrenar al equipo de los internos que está federado y participa en la liga provincial. El tiempo que me sobra lo dedico a participar en la directiva del club de fútbol Victoria y a presidir la asociación vecinal Mallos Plataforma.

Testimonio recopilado por Luis Longueira

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents