Así lo explicó hoy en rueda de prensa José Manuel Cano, hijo del prestigioso guitarrista que da nombre al certamen, quien afirmó que la guitarra flamenca solista, es especialmente dura porque "no tienes a nadie que te arrope en el escenario, estás tú solo para convencer a la gente".

Cano, que lleva 47 años tocando la guitarra, aludió a la dificultad que en la actualidad entraña mantener este tipo de festivales, ya que hoy en día "no se sigue una trayectoria artística como se hacía antiguamente", sino que los artistas suelen ser autodidactas -algo que aseguró no sentarle mal- y se hacen conocidos rápidamente, por lo que "te encuentras a gente que ha hecho una sola canción y piensan que tienen nivel", criticó.

"Esto es una historia que se fabrica desde que empezamos hasta que nos hacemos mayores", afirmó Cano que, a pesar de tocar la guitarra desde los cinco años, se considera un aprendiz de este arte, para el que, dijo, hace falta sacrificar muchas cosas.

En este sentido afirmó que este tipo de certámenes y concursos sirven para que "la gente que sabe de esto" aconseje a los jóvenes intérpretes de guitarra solista, una especialidad, para la que se requiere ser un guitarrista "técnicamente potentísimo y tener un autodominio absoluto".

Para Cano el certamen, que se celebrará del 17 al 19 de octubre en Ogíjares, no debe dar categoría al artista, sino que debe de ser la calidad de los participantes la que conceda prestigio al evento y afirmó que en el concurso se valorará más la interpretación del artista que el hecho de que toque bien la guitarra, "que ya se da por hecho".

Los participantes, que no podrán ser mayores de 35 años, deberán pasar una primera prueba selectiva en la que interpretarán toques de bulerías, alegrías, tangos, seguiriyas, malagueñas, granaínas, tarantas y rondeñas, en un tiempo que no deberá exceder los quince minutos.

Los seleccionados pasarán a la prueba final, en la que podrán interpretar cualquiera de los toques citados anteriormente, aunque con un tiempo máximo de veinte minutos, para luego interpretar un toque obligado por Soleá.

Los tres finalistas optarán a un primer premio de 3.000 euros y una guitarra construida en madera de palo santo, valorada en 4.000 euros; un segundo de 2.500 euros y un tercero de 1.500, todos ellos acompañados de una escultura conmemorativa bañada en oro, plata y bronce respectivamente.

El ganador del pasado año fue un joven cordobés que ya había pasado anteriormente por el certamen y del que Cano destacó su interpretación, ya que lo que se busca en el ganador es que tenga personalidad propia y no que sea sólo un buen imitador.