Carlos Gosch..MadridEl prestigioso escritor irlandés John Banville ha adoptado el seudónimo de Benjamin Black para publicar El secreto de Christine, su primera novela negra, un género cuyo momento de auge atribuye a que "en un mundo de caos como el actual, la gente necesita historias en las que todo encaje"."Necesitaba un cambio y este fue el cambio más radical que fui capaz de hacer", confesó Banville (Wexford, Irlanda, 1945) en una entrevista con Efe al explicar su incursión en el género policiaco, en el que el autor de novelas como El mar se ha introducido con otro nombre para informar a sus lectores de que ahora "quería hacer algo diferente".El secreto de Christine, que ha publicado en castellano Alfaguara y de la que ya existe una edición en catalán realizada por Bromera, está firmada por Benjamin Black, pero en la propia portada del libro se advierte al lector de que detrás de este nombre está Banville, galardonado en 2005 con el premio Man Booker.La acción de la novela se centra en la Irlanda de los años cincuenta, donde un atormentado forense aficionado al alcohol, el doctor Quirke, se enfrentará a una poderosa organización dedicada a exportar bebés huérfanos a EEUU para ponerlos al servicio de la Iglesia y convertirlos de mayores en sacerdotes y monjas."Muchos grupos ocultan su deseo de poder diciendo que están obedeciendo la voluntad de Dios. Es fácil de hacer y se ha hecho a lo largo de la historia. Dios es el mejor pretexto de todos", afirmó Banville, autor de una serie de libros dedicados a los científicos y sus ideas.El protagonista de El secreto de Christine, que es huérfano también él, se tendrá que enfrentar con influyentes miembros de su propia familia de adopción, que está dominada por los secretos y las mentiras."La sociedad está construida en una hipocresía necesaria, porque no podemos vivir con verdades absolutas todo el tiempo" argumentó el escritor irlandés.Pero no existe un afán de crítica social en esta historia. Su autor lo explica así: "Creo que a los novelistas en general lo que les interesa es escribir novelas. Somos de lo más egoístas, somos monstruos del egoísmo".Aunque Banville reconoce que "puede haber algo de cierto" en que recurrió a Benjamin Black para "escapar del monstruo del ego" que lleva dentro un escritor de éxito, en esa decisión también hubo razones literarias de peso, porque parecen dos escritores distintos."A Benjamin Black le gusta contar una historia y no le preocupa en exceso su estilo, algo que a John Banville, en cambio, sí le preocupa muchísimo", explicó.También existen diferencias en la manera de trabajar. Banville escribe "muy despacio", entre 200 y 300 palabras al día; Black, "muy deprisa", de 2.000 a 3.000.El secreto de Christine tiene su origen en un guión que el autor irlandés escribió para una miniserie de televisión que nunca llegó a realizarse. "Como no me gusta desperdiciar nada, decidí convertirlo en novela", explicó el escritor, quien se aficionó desde niño a la novela negra a través de las obras de Agatha Christie.Su incursión en este género ha coincidido con un boom de la novela negra. Banville relaciona este fenómeno con el desorden del mundo actual, que, en su opinión, deriva de un error de cálculo cometido tras la guerra fría, cuando "creíamos que íbamos a iniciar un periodo de paz relativa, e ignorábamos la llegada de Al Qaeda".Banville volverá a firmar con el nombre de Benjamin Black la segunda novela de esta serie policiaca, que ya ha terminado y será publicada en otoño próximo en inglés, y que volverá a tener al doctor Quirke como protagonista.Asegura que, pese a sus incursiones en la novela negra Benjamin Black no se acabará apoderando de John Banville. "Pero a veces fantaseo con que Black recibe el Premio Nobel de Literatura y entonces John Banville queda olvidado", confiesa el autor.Al final de la entrevista, el autor irlandés firma un ejemplar de El secreto de Christine con el nombre de Benjamin Black. Luego añade, más abajo, en la misma página, la rúbrica de John Banville.