"Fue la discográfica la que vino a nosotros", explicó a Efe Anita, una de sus vocalistas, la misma que escribió un manifiesto en el libreto del disco en el que da permiso a cualquiera para "comparar, copiar o descargar legalmente" las canciones del álbum.

Dro fue la multinacional que aceptó estas condiciones con tal de llevar a las tiendas de discos el sonido de Canteca de Macao, que aunque comenzó su carrera hace tres años en el rastro madrileño, pronto encontró su sitio en los carteles de festivales como el Viñarock con su mezcla de ska, reggae y ritmos rumba engalanados con un espectáculo de malabares y un mensaje de hermandad.