Tras retirar con un sacho la tierra que cubría la obra, Oiticica separó el lienzo del cobre, en donde inicialmente había pintado con óleos en tonos amarillos y azules, y otros materiales. Ambas piezas serán tratadas por la artista con conservantes antes de exponerlas en la Igrexa da Universidade.

En declaraciones a los medios, Oiticica mostró su "alegría" por haber desenterrado una de las más de 120 obras que metió bajo tierra a lo largo del Camino de Santiago, pasando por localidades como León, el Bierzo o Pedrafita do Cebreiro.

La artista brasileña, que se formó en la Escola de Belas Artes y en el Museo de Arte Moderna de Río de Janeiro, destacó que las obras son intervenidas por la propia naturaleza y que el resultado varía "en función de si el terreno es húmedo o seco". En este sentido, también aseguró que en ocasiones los animales "se comen" parte de la obra.

Con este acto, la artista reconoció que recibe la "compensación" de "recuperar a un hijo" tras haberlo dejado hace seis meses enterrado bajo tierra. La previsión es que este trabajo llegue a Fisterra, lugar que, según admitió, todavía no conoce, pero del que ha asegurado que espera pisar pronto.

Christina Oiticica es pionera en aplicar una particular técnica en sus obras, combinando land art y pintura. Así fue cómo en el mes de junio improvisó una obra con imprimaciones de pintura y polvos en colores azul y amarillo, que son "los colores del Camino", sobre una placa de cobre que luego estampó sobre un lienzo.

Este proyecto se podrá visitar en mayo de 2009 bajo el título Camiño Peregrino, que constituye una producción conjunta de la Vicerrectoría de Cultura de la Universidade de Santiago de Compostela y de la Fundación Vía Galego, cuyos representantes, Elías Torres y Carlos Callón, estuvieron ayer presentes en el acto.