ALEMANIA

Los estudios de Babelsberg quieren convertir Tempelhof en un "Cinepuerto"

EFE

Según publica hoy el diario "Berliner Zeitung", los jefes de los tradicionales estudios, Carl Woebcken y Christoph Fisser, donde se rodaron películas como "El ángel azul" o "Metrópolis" y que ahora sirven de lugar de trabajo a Quentin Tarantino, quieren alquilar los hangares y las dependencias de Tempelhof, en el casco urbano.

Con el nombre de "Cinepuerto" Tempelhof, su propósito es rodar aquí películas, promocionarlo para eventos -como se viene haciendo desde hace años- y atraer a empresas multimedia y a la industria cinematográfica, con el fin de no "desmembrar" el aeropuerto.

"Estos hangares son realmente enormes, son el sueño de cualquier escenógrafo", explica Fisser al diario, acerca de las dos terminales, de 10.000 metros cuadrados respectivamente, que utilizarían para futuros rodajes, en detrimento de la fábrica de locomotoras en Babelsberg que se utilizaba para este fin.

La apertura del "cinepuerto" no supondría sin embargo el acta de defunción de Babelsberg, sino que serviría de complemento: "No renunciaremos a nuestra tradicional sede", explica Fisser.

Los edificios del aeropuerto, considerada la construcción pública mas grande del mundo después del Pentágono, y que cerró definitivamente sus puertas el pasado mes de octubre, también podrían albergar un Museo de la Aviación y otro de los Aliados.

Las terminales y dependencias de Tempelhof -300.000 metros cuadrados que deben conservarse por su carácter de monumento histórico- serán ocupados por oficinas y un complejo cultural, si se cumplen los deseos de los jefes de Babelsberg.

El aeropuerto que usó Adolf Hitler y que rehabilitó luego la Guerra Fría ya ha pasado a la historia por el heroico puente aéreo que salvó a Berlín del bloqueo soviético durante 462 días, del 26 de junio de 1948 al 12 de mayo de 1949.

Los aviones aliados transportaron 2,3 millones de toneladas de alimentos, carbón y medicinas en 280.000 vuelos, a un ritmo de un aterrizaje y despegue cada 90 segundos. Tempelhof tomó así ribetes heroicos que difuminaron su imagen anterior ligada al nazismo.

Tras 85 años en servicio, Tempelhof cerró sus puertas por su carácter deficitario y la voluntad del alcalde-gobernador, Klaus Wowereit, aunque la construcción del nuevo gran aeropuerto de Schönefeld, que debe inaugurarse en 2011, también precipitó su cierre.

Fue necesario, no obstante, un referéndum popular, forzado por la recogida de 170.000 firmas, que aspiraban a revocar la orden de las autoridades. Todo fue en vano.

Ahora los estudios de Babelsberg confían en que su concepto para Tempelhof, que planea alquilar las dependencias al menos durante diez años, reciba luz verde antes del mes de junio.

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