El soldadito de plomo y el cigarrón

Un soldadiño de chumbo, un malvado cigarrón, una castañera, un marinero, una peladora de patatas y un mágico museo del juguete en Allariz son los protagonistas de la versión gallega del clásico de Andersen, El soldadito de plomo, ideada por Virginia Curiá y Tomás Conde para su corto de animación con plastilina.

La cinta, que se proyecta hoy en el CGAI de A Coruña y viajará después a los festivales más importantes, sitúa en el momento actual (en lugar del siglo XIX) y en el corazón de Galicia la triste historia del soldado enamorado de la bailarina. "Cuando comenzamos a investigar las obras ya realizadas sobre este cuento, comprobamos que cada cultura integra sus propios valores dentro de la historia y nos preguntamos: '¿Por qué no una visión gallega?", relatan los creadores.

Los personajes de O soldadiño de chumbo nacieron de las manos del artista Alfonso Costa (Noia, 1943), dirigido por Curiá y Conde, almas de la productora gallega Algarabía, que produce el corto junto a la coruñesa Continental. Luis Piedrahita cede su voz al soldadiño, mientras que el envidioso cigarrón habla a través de Manuel Manquiña.

Un soldado pacifista

La banda sonora del corto es obra del empresario, actor y músico Emilio Aragón, que creó esta versión sinfónica del cuento y animó después a la productora gallega a crear un corto para ella. La versión original se ha grabado en gallego, pero también han realizado la versión en castellano en vista a las presentaciones fuera de Galicia.

Los padres del soldadito gallego han revisado su personalidad. "En el cuento de Andersen era demasiado estático y firme y nosotros hemos querido actualizarlo, hacerlo más dueño de su destino; es un soldado pacifista, algo parecido a un casco azul", relata el director. Sin embargo, nada le libra de su trágico y romántico final en la lumbre, donde el soldadito se derrite por fin al lado de su amada. "Es un cuento triste, una de las más bonitas historias de amor, y ayuda a los niños a reflexionar sobre las estructuras sociales".

Virginia y Tomás trabajan juntos con plastilina y animación stop motion desde 1993. Comenzaron su producción con el videoclip Alegrías de Puerta Tierra (1994), que fue seleccionado por el Ministerio de Cultura como pieza fundamental de la historia del cine de animación en España; desde entonces realizaron diversas campañas de publicidad, cortinillas de continuidad y cabeceras para televisión, entre las que destaca la de Las noticias del Guiñol de Canal +, galardonada en Galicia con el premio Mestre Mateo. "Buscábamos una estética diferente a la que habíamos hecho hasta ahora y para ello hemos mezclado distintas texturas junto a la plastilina como la madera y la tela", relata Conde. El trabajo ha sido minucioso y la máscara del cigarrón y otros elementos del decorado han sido pintados a mano.

Los creadores han salpicado de "caprichos" su versión del cuento. Hay referencias a la revolución de los claveles y, para los más detallistas, el uniforme del protagonista es el del Tercio de los Gallegos en Buenos Aires, un regimiento que en el año 1807 salvó a la ciudad de la invasión inglesa. "A los niños no les interesan ese tipo de detalles, pero hacen que los adultos vean el corto varias veces y encuentren cosas nuevas", apuntan.

Los directores del corto sí esperan "enganchar" a los niños a la imaginación desbordante de Andersen y animarles, tras ver la cinta, a leer el original.

"Los cuentos educan a través de la imaginación y eso no debe perderse nunca. Aunque el corto resulta más sencillo de asimilar para los niños, porque tiene escenarios más próximos, nos gustaría que a partir de ahí se acercaran ellos mismos a la historia original. Los libros obligan a completar el relato con nuestra imaginación y esto es un ejercicio maravilloso", concluyen los directores del cortometraje.