El escritor coruñés Manoel Riveiro muere al precipitarse por una ventana

El escritor Manoel Riveiro Loureiro falleció ayer a los 75 años al caer al vacío desde su domicilio, en la avenida del Ejército, en A Coruña. "La vida me dio muchos palos. El último, la muerte de mi mujer", confesaba no hace mucho en una entrevista el prolífico narrador coruñés, que ansiaba poder asistir a la llegada a España de la tercera República. El último libro que publicó fue Xullo-Agosto, que recibió el Premio Manuel Lueiro Rey de Novela Curta en 2005.

Manoel Riveiro Loureiro (A Coruña, 1933) tuvo que abandonar los estudios en la Grande Obra de Atocha para trabajar desde muy joven, ante la situación de pobreza familiar, tras la muerte del padre, en el verano de 1936. Primero trabajó como ayudante en un taller de costura y después como ayudante de repartidor de carbón. También trabajó en diversos oficios en el mar, en barcos pesqueros, en mercantes y en otros. Emigró a Uruguay, de donde regresó en 1973 tras una larga y azarosa experiencia en la emigración.

Escritor compulsivo, decía que escribía por "necesidad y quizá también por desesperación". A su regreso de la emigración comenzó a publicar, entre otras obras, Pola ida e pola volta, A moa, O Coronel ten a quen lle escribir, O patrón, Caladamente, Corpo canso, A primeira pedra, O prazo, A volta de Castelao, Benvidos, O pasamento y Sabotaxe na Estaca de Bares.

Admirador de la Unión Soviética, tradujo al gallego y al castellano varias obras clásicas de la literatura rusa.

El diccionario de autores en lengua gallega de Francisco Fernández del Riego señala sobre él que "cultiva la narrativa, y, en menor medida, el teatro. Recibió premios en concursos literarios. Publicó una gran cantidad de títulos, como fecundo escritor que es".

Tras conocer la noticia del fallecimiento, la conselleira de Cultura, Ánxela Bugallo, lamentó la pérdida que supone para Galicia la muerte de un autor "forjado en la vida" y de un "escritor vocacional". Bugallo destacó que Riveiro fue una persona "comprometida con su lengua y con su país".

Fue un hombre "culto" y de "fuertes convicciones", dijo el presidente de la Asociación de escritores en lingua galega (Aelg), Cesário Sánchez. "Resulta difícil saber la pervivencia de la obra de un escritor y de un gran narrador, de un hombre muy culto con conocimiento de idiomas, algunos de los cuales en aquel momento pocos sabían, como el ruso, que escribía y hablaba correctamente", comentó Sánchez, quien dijo conocerlo bien.

Añadió que también fue "un hombre generoso con fuertes convicciones en el futuro de nuestro país y nuestra literatura" que obtuvo varios premios, particularmente por su obra narrativa, y concluyó: "Esperemos que el tiempo haga justicia".

Riveiro era padre de cuatro hijos que le dieron varios nietos. Desde que enviudó hace unos tres años, vivía solo en su domicilio de la Avenida del Ejército.

Ayer, poco antes de las 12 del mediodía, se precipitó desde la ventana de la cocina, que da a la calle Río Monelos, donde cayó. Los servicios sanitarios y las fuerzas de seguridad desplazados al lugar no pudieron hacer nada por salvar su vida y tuvieron que atender a una mujer que sufrió un shock al ver caer el cuerpo al vacío.