"Europa ha sido muy buena con nosotros"
Joey Burns, el líder de la banda de Arizona que hace el rock fronterizo más exquisito, afirma que la gira que acaba de comenzar en España demostrará que "hay mucho talento sobre el escenario"
Rafa López | Vigo
Su nombre lo dice casi todo: la banda norteamericana Calexico, con base en Tucson, Arizona (EE UU), toma su denominación de una pequeña ciudad californiana fronteriza con México por la que pasan más de 60.000 personas al año. Ese trasiego de vidas, bagajes y trayectos refleja a la perfección la filosofía de este grupo que nació como un proyecto paralelo de Joey Burns (voz y guitarra) y John Convertino (batería), integrantes de la formación de Los Angeles Giant Sand.
El sonido del grupo, cuya columna vertebral sea tal vez el americana, estilo que practican grupos como Wilco o The Jayhawks, se empapa de los sonidos del norte de México y de la multitud de influencias que absorbe en sus viajes y lecturas Joey Burns, el inquieto líder de este sexteto, que habló con LA OPINIÓN esta semana. Calexico abrió el pasado jueves en Madrid su gira europea y que recaló en Galicia (el viernes tocó en Vigo), para presentar su excelente último álbum Carried to Dust. "Europa ha sido muy buena con nosotros", admite Burns.
-¿Existe algún hilo conductor que conecte las canciones de Carried to Dust?
-Es una buena pregunta. Me lo pregunté al comienzo e intenté escribir todas las canciones con esa idea en mente, pero abandoné después de una o dos canciones. Pero después de unos meses tras el lanzamiento del disco, y después de hablar con los periodistas, creo que hay una especie de tema central presente en nuestra música, especialmente en este trabajo, y es la perseverancia ante los obstáculos de la vida, las tribulaciones ante los problemas. Los viajes han dotado de perspectiva a nuestra banda, y el leitmotiv de los viajes parece ser el hilo que teje este álbum. Historias sobre gente sin techo en Moscú, sobre las ciudades de Chile, en Victor Jara's Hands y en House of Valparaíso... Hablan sobre la acumulación de distintas historias, personajes y lugares. Los viajes nos inspiran para escribir canciones.
-¿Víctor Jara's Hands y House of Valparaíso fueron resultado de una estancia en Chile?
-Sí. He leído libros sobre la poesía de Pablo Neruda. Pero nunca he estado en Moscú, así que la canción Red Blooms está exclusivamente basada en lecturas.
-También la reciente huelga de guionistas en Hollywood resultó ser una fuente de inspiración, en el tema Writer's Minor Holiday...
-Sí (ríe), fue una de las muchas inspiraciones. Aquello puso los cimientos para algunos de los temas y me abrió el camino a las colaboraciones como la de Jairo Zavala, de Madrid, con el que escribí la canción Víctor Jara's Hands; o Jacob Valenzuela, que también escribió un tema (Inspiración). Lo de las colaboraciones es algo muy natural para nosotros, tanto de artistas como de músicos. Trabajamos con Sam Beam, de Iron & Wine; Pieta Brown, que me hace la introducción en Slowness... Es la forma en la que se desenvuelve nuestro universo musical, a través de giras, tocando con muchos invitados, apoyando a otros... Este álbum, más que ningún otro, destaca esa característica de nuestra banda.
-Para este disco han utilizado instrumentos un tanto exóticos y han colaborado con muchos músicos diferentes. ¿Es difícil trasladar la música de Carried to Dust a un concierto?
-No, no. Para una banda como nosotros, transformar y adaptar es un proceso muy natural. Las canciones están muy bien escritas y están muy abiertas a la interpretación. Los seis miembros del grupo, los dos europeos -los alemanes Volker [Zander] y Martin [Wenk]- tienen mucho talento, como los cuatro americanos. Y también Jairo Zavala, de Depedro, que va a estar de gira con nosotros y actuará como telonero. Zavala grabó el disco con nosotros en Tucson y lo mezcló en los estudios Wavelab, que dirige Craig Schumacher. Habrá mucho talento sobre el escenario, así que no va a ser en absoluto difícil tocar el disco y llevarlos más lejos: esa es la belleza de las giras. Es como estar metido en tu coche en una ciudad: te apetece coger la autopista y apretar el acelerador.
-Ha mencionado a Jairo Zavala y también han colaborado con la cantante granadina Amparo Sánchez (Amparanoia). Parece que conoces bastante bien la escena musical independiente española...
-Bueno, no presumo de saber demasiado, estoy aprendiendo más. Me gusta la banda Monterrey y también cosas clásicas, como el flamenco. Lola Flores es una cantante muy interesante de tiempos pasados que he descubierto.
Me apetece saber más, y trabajar con gente como Jairo y Amparo me lo permite. Todo vino de estar de gira por España y ver otros grupos, fue así como conocimos a Monterrey. Estar en diferentes ciudades te permite absorber más cosas que estar sentado en tu casa ante un ordenador o frente a la televisión. Me gusta participar en festivales para descubrir música nueva, y eso se trasluce en nuestros discos y en nuestros directos.
-Ha declarado en varias ocasiones tu admiración por Manu Chao. ¿Has llegado a conocerle o a colaborar con él?
-Sí, le he conocido. Aún no he trabajado con él, pero respeto mucho la calidad de su música. Es un fantástico músico y compositor.
-¿Cómo se explica el hecho de que Calexico es más conocido en Europa que en Estados Unidos?
-No lo sé. Es una buena pregunta, pero no sé si tengo la respuesta correcta. Lo intentaré. Es algo que atrae a partes opuestas del mundo, una especie de dualidad. El contraste lo es todo. Tal vez los europeos están viendo a dónde nos dirigimos los norteamericanos ahora. Enfilamos una nueva administración, un nuevo rumbo.
Desde que viajo a Europa, desde hace ya 15 años, siempre he admirado ese mayor aperturismo político y cultural que se ha desarrollado aquí. Me alegra ver que las cosas están cambiando. Tal vez tenga que ver con la cultura, con la mentalidad. Acabo de leer que Quincy Jones, el famoso productor, le va a sugerir a Barack Obama abrir una oficina cultural, para dedicar una sección del gobierno a las artes. Eso tal vez sea muy común en Europa, pero en Estados Unidos esto es algo innovador (se ríe). Tal vez esta sea la razón por la que cierta música resulte más atractiva en ciertas partes del mundo.
-La música de Calexico se inspira en la frontera entre México y Estados Unidos. Aquí hay la percepción de esa zona como un lugar muy peligroso, especialmente ciudades como Tijuana y Ciudad Juárez, con un alto índice de criminalidad...
Sí. Ocurre en todas partes. Como si hablas de Málaga... Tucson tiene una larga historia de contrabando de alcohol durante la ley seca, de tráfico de armas durante las guerras revolucionarias... Las fronteras son las vías de paso entre los países, así que es natural que esas zonas se calienten dependiendo del clima político de la época.
Pero nuestra música no se inspira exclusivamente en esta frontera suroeste, hay un montón de influencias ambientales. Tenemos una perspectiva de amplio espectro: desde los valses con acordeón de Europa del Este a la música para sitar que compuse cuando estuve en la universidad.
En Calexico también tenemos la influencia del pedal steel, también un deje jazzístico, con la técnica de escobillas de la batería de John Convertino; y especialmente Jacob Valenzuela a la trompeta: creció escuchando jazz y al crecer retomó la música que escuchaba su padre: mariachi, norteña, baladas espirituales mexicanas... Cuando te haces mayor miras a tu alrededor y te fijas en canciones que pueden ser interpretadas de forma diferente. Es parte de nuestra evolución musical. Después de escuchar Stairway to heaven por cuadragésima vez quieres escuchar algo más fresco, y eso es lo que impulsa a los músicos.
Nos llamamos Calexico, vivimos en Tucson, Arizona, pero tenemos una perspectiva más amplia, y eso quiero dejarlo claro en la entrevista.
-Para muchos la música de Calexico posee cierta cualidad cinematográfica. Parece muy apropiada para el tipo de road movies que suele dirigir el alemán Wim Wenders. Han participado en las bandas sonoras de I'm not there (basada en la vida de Bob Dylan) y Collateral. ¿Por qué no han colaborado más en música para el cine?
-Lo hemos hecho, y mucha de nuestra música ha sido utilizada en películas. Ahora mismo estamos trabajando en una (se ríe).
-¿Cómo se titula? ¿Lo puedeadelantar?
Sí. Se titula Love Ranch y está dirigida por Taylor Hackford, el realizador de Ray.
-La película biográfica sobre Ray Charles...
-Sí. Esta es una película basada en una historia real y ambientada en un prostíbulo en las afueras de Reno (Nevada, EEUU). La protagoniza la esposa del director, Helen Mirren, y Joe Pesci, que son dos magníficos actores. La película está en suspenso actualmente por motivos financieros. Esperamos que al acabar la gira podamos terminar la película.
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