La silla "e" que ocupaba Miguel Delibes en la Real Academia Española (RAE) queda vacía desde hoy; las banderas de su fachada ondean a media asta y la puerta de entrada sólo abre media hoja a sus visitantes: el académico, escritor y periodista ha muerto a los 89 años y deja un vacío "insustituible".

La valoración es de Darío Villanueva, académico y secretario de la Academia de la Lengua, compañero del escritor y hoy encargado de organizar la despedida del genial artista vallisoletano, porque los miembros de la RAE "siempre se van para no volver: aunque existe esa suposición de que son 'inmortales', lamentablemente es absolutamente mentira", ha señalado Villanueva.

El perchero de madera que antecede al salón de plenos aparece hoy vacío, a excepción del abrigo de Villanueva que cuelga tan solo y tan triste como su dueño: Delibes era el segundo miembro más antiguo de la Academia (detrás de Martín de Riquer, titular de la silla "H" desde 1965) y por eso tenía el derecho de colgar su abrigo en la segunda percha.

"Era un hombre extraordinariamente cordial, que escuchaba, muy poco protagonista, que daba margen y escuchaba a los jóvenes que nos acercábamos a él", explica Villanueva, para quien Delibes era uno de los escritores castellanos "más genuinos y más enraizados con la lengua hablada".

Villanueva hace notar que Delibes es uno de los novelistas que ha estado presente en la evolución de la novela española a partir de la Guerra Civil: "en todos los momentos significativos de la Historia de España -dice- siempre hubo una novela de Delibes que hablaba de la realidad desde la estética novelística del momento".

El secretario de la Academia ha valorado asimismo que Delibes fuera un hombre "extraordinariamente interesado por el medio ambiente", y que lo escogiera como tema para su discurso académico de ingreso, el 25 de mayo de 1975, por encima de aspectos relacionados con los tres pilares de su novelística: los personajes, los paisajes y las pasiones.

"Fue un discurso extraordinariamente llamativo para el momento y la circunstancia porque habló sobre el sentido del progreso en su obra literaria", ha indicado.

El escritor de "El Hereje", y de "Cinco horas con Mario", tuvo su último contacto con la Academia, ya enfermo, a través de un vídeo que envió con motivo de la publicación de la Nueva Gramática de la lengua española donde reclamaba que la lengua revertiera a su genuino propietario, el pueblo.

"Me siento orgulloso del trabajo ímprobo de mis compañeros y de que tantos textos de mis obras figuren como ejemplo del habla de Castilla; la que yo aprendí de niño, la que oí más tarde, perfeccionada de la boca desdentada de los viejos castellanos en las plazuelas de nuestros pueblos", decía el autor en ese vídeo.

Como es habitual, la Academia iniciará ahora el proceso para sustituir al maestro, que no será rápido, y primero deberán cubrirse los huecos dejados por Francisco Ayala y por Carlos Castilla del Pino, cuya plaza acaba de ser convocada, a pesar de que falleció en mayo del año pasado.

"En la Academia, como en la vida, las figuras como Miguel Delibes son insustituibles", opina Darío Villanueva.

"La ventaja -añade-, es que, como decía Antonio Machado, los hombres como él ya han dejado las palabras esenciales en el tiempo: las de Delibes seguirán hablando para las futuras generaciones porque es ya un escritor clásico de nuestro idioma. Se le va a echar de menos".