El pleno de la Academia de la Historia ha respaldado este viernes por unanimidad el documento de la junta de gobierno, salvo ligeros matices, y cree que algunas de las entradas del Diccionario Biográfico admiten un "planteamiento historiográfico" distinto que debe ser incorporado "con la mayor celeridad posible".

"Como toda obra histórica, el Diccionario Biográfico Español está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a los enriquecimientos y cambios que procedan", se afirma en el comunicado aprobado por el pleno tras una reunión de poco más de hora y media.

El texto acordado es muy similar al que ayer redactó la junta de gobierno de la academia, aunque se han introducido pequeñas modificaciones y un párrafo nuevo en el que se dice que para preparar la edición digital del Diccionario Biográfico se ha decidido crear una "comisión permanente con objeto de fijar los procedimientos de mejora y revisión según proceda".

Desde que comenzó a organizar el diccionario, la Academia "planteó la necesidad de la edición digital de las biografías, con el convencimiento de que permitirá añadir permanentemente nuevas entradas e información nueva", se indica también en el comunicado.

En el texto de ayer se decía que, como toda obra histórica, el Diccionario Biográfico Español "está abierto a la crítica, a su consideración rigurosa y a las rectificaciones y cambios que proceda". En el de hoy se ha sustituido "rectificaciones" por "enriquecimiento".

La junta de gobierno reconocía en su texto de ayer que "puede haber, sin duda, un subconjunto de entradas que necesiten, a la vista del debate, una revisión historiográfica y editorial susceptible de ser incorporada de manera rápida a la edición digital y a ulteriores ediciones en papel".

Sin embargo, en el aprobado hoy por unanimidad se limita a decir que "puede haber, sin duda, un subconjunto de entradas que admitan otro planteamiento historiográfico susceptible de ser incorporado con la mayor celeridad posible".

Es decir, desaparece de este párrafo la alusión a la edición digital, aunque luego la academia habla con toda claridad de las ventajas que tendrá para el diccionario estar en la red.

La decisión de la academia de mejorar el diccionario se produjo tras la polémica suscitada por algunas de las biografías de esta obra, como las de Francisco Franco, escrita por Luis Suárez, que afirma que el general "montó un régimen autoritario pero no totalitario", y la de Manuel Azaña, realizada por Carlos Seco, que sostiene que el Gobierno del socialista Juan Negrín fue "prácticamente dictatorial".

El director de la Real Academia de la Historia, Gonzalo Anes, había dicho hoy que no se harían declaraciones a la salida del pleno, y así lo cumplieron la mayoría de los académicos, aunque alguno, como Luis Alberto de Cuenca, exsecretario de Estado de Cultura, resumió en unas breves frases lo bien que había ido la sesión: "todo ha ido fenomenal, pero no puedo decir más porque no soy de la junta de gobierno".

Anes cumplió su promesa de no decir nada, aunque se le escapó un escueto "todo muy bien, todo muy bien", cuando pasó rápido junto a los periodistas que lo aguardaban en la puerta de la Academia de la Historia. El secretario de la institución, Eloy Benito, sí comentó que el acuerdo se había aprobado "por unanimidad".

Visiblemente disgustado, el helenista Francisco Rodríguez Adrados prefirió no hablar "de este tema" porque ya había "hablado demasiado", y cuando los periodistas le preguntaron si la sesión había ido bien, respondió: "según lo que ustedes entiendan por bien".

Martín Almagro Gorbea lucía sin embargo buen humor al asegurar que la sesión académica "había ido muy bien, como todas", y comentaba también que los académicos habían estado "felices y contentos, trabajando como siempre".