"Ese tipo de material como el Códice Calixtino está fuera del mercado. Es un material invendible". Así de tajante se manifestaba ayer el director de la Biblioteca de Galicia, Daniel Buján, para quien este tipo de robo "normalmente son encargos de coleccionistas, de alguna persona que quiere tenerlo por alguna razón". Porque, para el responsable de la Biblioteca de la Cidade da Cultura, robar el Códice -una obra que define como "simbólica" para Galicia, tanto como la bandera de la comunidad, y, por tanto, con un "valor incalculable"- es "como robar la Gioconda". "Debes saber a priori a quién le interesa". Y esa persona debe fijar lo que está dispuesta a pagar, porque, insiste Buján, "no se le puede poner precio". "Es como si robas la catedral de Santiago", explica.

Javier Varas, responsable de subastas El remate, especializado en manuscritos y libros antiguos, asegura que "piezas de esta singularidad no salen en España". Su valor, insiste, es "incalculable", hasta que alguien, eso sí, decide pagar una cantidad. Para Varas, "la única vía" para que el Códice no vuelva a encontrarse es que acabe en casa de un coleccionista. Porque "en el mundo del libro ha habido un poco esos personajes extraños, bibliómanos, a los que no les importa comprar de procedencia dudosa para guardar las obras y no enseñárselas a nadie".

Varas admite que la crisis no ha afectado a este tipo de mercado. "Las grandes piezas de este tipo, como ocurre con los pisos de lujo o los coches de lujo, se siguen vendiendo bien", explica, a pesar de la crisis. Sobre todo, subraya, cuando se trata de una obra vinculada al Camino de Santiago. "No es solo porque sea única, sino porque cualquier libro, por poca importancia que tenga, sobre la ruta jacobea, se vende seguro. Es un tema muy buscado", dice. Y es que la gente, explica, "está fascinada por el fenómeno". "A partir del año anterior ha habido mucha demanda de ese tema", explica.

La directora de la Biblioteca de la Universidad de Salamanca, Margarita Becedas, opina "que alguien ha tenido que pagar mucho por robarlo". Y es que está convencida de que "no se puede poner en circulación" a través del mercado, "ni siquiera cortándole las páginas". "Es muy conocido y cualquier librero lo reconocería; saltaría enseguida a la luz", señala. Por eso la única salida para este robo es que acabe en manos de un coleccionista "desequilibrado que lo tenga en casa", una opción que el editor ourensano Manuel Moleiro -que está convencido de que gente así hay "mucha" en el mundo, "no uno ni dos"- prefiere a la de que sea vendido a trozos. El historiador Fernando García de Cortázar llegó incluso a sugerir que el robo podría haber sido cometido "por un novelista" con el mismo argumento que los anteriores expertos: "No puede sacarse al mercado cuando su existencia es tan conocida".

Para el catedrático de Música de la Universidad de Santiago Carlos Villanueva, estudioso del Códice Calixtino desde la perspectiva musical, "no es ciencia ficción pensar que se puede tratar de un robo especializado, alguien que lo roba por encargo".

En ese sentido, y aunque señaló que se trata de "un documento que estaba muy bien protegido, muy aislado, en una caja fuerte, en un sitio individualizado, y el acceso era personalizado y muy difícil de superar", podría no serlo tanto en el caso de que el autor del hecho fuese un especialista. En ese caso, indicó "tampoco es fácil que se cubran todos los sistemas de seguridad, máxime habiendo obreros, habiendo tantas cosas como hay en la catedral desde hace tiempo".

A un "afán coleccionista" también atribuye el decano de la Facultad de Xeografía e Historia de la Universidade de Santiago, Juan Monterroso, la desaparición del libro. De nuevo el argumento es que se trata de un documento "único". El responsable de Hércules Ediciones, Segundo Vázquez Portomeñe, ha precisado que "o es obra de un superespecialista o es muy difícil de entender". "Es un documento valiosísimo, pero francamente inútil para quien lo roba, salvo que sea un loco coleccionista", afirma Vázquez Portomeñe.

La directora de la Biblioteca Histórica de la Universidad de Valladolid, Pilar Rodríguez, también confía en la pronta recuperación del Códice Calixtino debido a que su venta resulta "casi imposible", aunque reconoce que la excepción es que se trate de un robo encargado "por un caprichoso o rico" para su disfrute particular. Otra forma de venta no parece posible "porque la policía lo recuperaría al minuto".