Aunque la desaparición del Códice Calixtino ha sido disgusto suficiente, el deán de la basílica al menos tuvo la satisfacción de que “no falta nada más” del Archivo de la catedral. Así, en su lugar siguen otras dos joyas bibliográficas:el denominado Tumbo A, que explica las concesiones de los reyes a la Iglesia de Santiago, y el Breviario de Miranda, un libro de miniaturas.