Medio centenar de pinturas pertenecientes a los fondos del Museo del Prado, que incluyen obras de Rubens, David Teniers, Peeter Snayers, Claudio de Lorena y de la saga de los Brueghel, se exponen desde ayer en Santiago de Compostela.

Rubens, Brueghel, Lorena. El paisaje nórdico en el Prado es el título de la exposición que la pinacoteca madrileña traslada a la capital gallega y en la que se pueden observar las principales modalidades del paisaje que surgió durante el siglo XVII en Flandes y Holanda. Esta muestra cierra en Galicia la primera parte del ciclo denominado El Prado itinerante, en el que previamente se han podido presenciar obras dedicadas al retrato o la naturaleza muerta, recordó el director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, en el acto de presentación.

En la sede que la Fundación Novacaixagalicia-Claudio San Martín tiene en el casco histórico de Santiago de Compostela se exponen al público un total de 52 pinturas. El concepto "nórdico" al que alude el título de la muestra se refiere al calificativo con el que, durante la Edad Moderna, los italianos se referían a los pintores de las tierras que estaban más allá de los Alpes, y fundamentalmente a los de los Países Bajos.

La comisaria de la muestra, Teresa Posada Kubissa, explicó que el contexto social y cultural hizo que, a lo largo del siglo XVII, pintores y coleccionistas de esos países se apartaran en gran medida de los temas heroicos propios de la pintura de historia en favor de asuntos cotidianos.

En este contexto se situó el paisaje, que pasó a convertirse en un género pictórico independiente en el que el asunto representado se relega a un segundo plano y se convierte en pretexto para representar fielmente los elementos de la naturaleza.

En referencia a los pintores "nórdicos", la comisaria precisó que "sintieron una tradición proveniente del gótico" que les llevaba a representar escenas de la vida cotidiana, "convirtiendo el fondo de las pinturas en el escenario". "El paisaje era también un tema pictórico, y querían hacer de él el protagonista de los cuadros", detalló la también conservadora de Pintura Flamenca y Escuelas del Norte (hasta 1700) del Museo del Prado.

El director del Museo del Prado, Miguel Zugaza, subrayó esa "apetencia moderna" por el paisaje de los artistas flamencos que no preocupó a la escuela española de la época. Montañas, bosques, campiñas, ríos, mares, parajes cubiertos de nieve o canales helados, inmersos en una luz naturalista, son las escenas que se pueden observar en los cuadros que alberga la Fundación Novacaixagalicia. Entre las pinturas destaca una de las obras cumbres del paisaje "nórdico": Atalanta y Meleagro cazando el jabalí de Caledonia, de Rubens.

La exposición concluye con algunos de los paisajes encargados por el monarca español Felipe IV para decorar el Palacio del Buen Retiro de Madrid a Claudio de Lorena, Jan Both y Herman van Swanevelt, artistas "nórdicos" asentados en Roma.