La XXV edición del Festival de Cine Cineuropa congregó en sus proyecciones a un total de 33.710 espectadores, lo que supone un 6% más de público que el pasado año, aun a pesar de contar con una programación "más arriesgada y más difícil" que en anteriores ocasiones.

Así lo explicó ayer el director del festival, José Luis Losa, que presentó el balance de la última edición del festival junto con el concejal de Cultura del Ayuntamiento de Santiago, Ángel Currás.

En este sentido, Ángel Currás resaltó las buenas cifras de participación registradas este año, a pesar de la crisis económica, que derivó en una semana menos de festival, menos proyecciones y una sala menos destinada al mismo.

Aún así, Ángel Currás recordó que los espectadores crecieron en un 6 por ciento y confía en que durante la próxima edición se pueda alcanzar la cifra de público de 40.000 personas, dado que "el festival no ha tocado techo".

Para continuar con el crecimiento de la cita, Ángel Currás apostó por trabajar en la adaptación a las nuevas tecnologías y por "buscar nuevos espacios", entre los que apostó por la Sala Yago, un emplazamiento que "se está intentando conseguir" para fines culturales y en el que el consistorio tiene "grandes esperanzas".

Por su parte, José Luis Losa agradeció "la complicidad del público" en una edición con una programación "más arriesgada" y "más difícil" que en anteriores ocasiones, con la exhibición del trabajo de realizadores controvertidos como Bela Tarr, Sokurov o Bruno Dumont.

En esta última edición del festival compostelano, los Premios Cineuropa fueron a parar a la actriz Aitana Sánchez-Gijón -expresidenta de la Academia de Cine- y el músico y compositor Jorge Drexler.