A Alfonso Paz Andrade, cuya familia estuvo especialmente vinculada a la de Díaz Pardo, le sorprendió la noticia del fallecimiento camino de Latinoamérica, desde donde nos manifestó sus impresiones personales: "Es una sensación de dolor profundo la que una ausencia como la de Isaac Díaz Pardo causa en mí y en mi familia, porque no había persona más cercana a nosotros de esa vieja y noble galleguidad. Pero, además de los sentimientos personales, intensos, hay una honda de dolor que se extiende por toda la Galicia consciente y con memoria de sí misma porque ha perdido a uno de los gallegos más egregios que dio el siglo XXI, capaz de mantener una actitud de compromiso, valentía y militancia ante las nuevas decisiones que presenta el mismo", afirmó.

"Es muy pronto para interpretar con perspectiva su ejecutoria vital pero seguro que hablamos de una de las figuras que ha sabido reinterpretar a Galicia y al galleguismo, darle ese nuevo impulso que exige el momento que vivimos ahora", afirmó Paz Andrade, que agregó lo siguiente: "No olvidemos que Isaac era el último nexo de Galicia con toda aquella pléyade de figuras como Castelao, Otero Pedrayo, Risco, Blanco Amor, Suárez Picallo, Núñez Búa y otros muchos como mi padre, Valentín Paz Andrade, con quien tenía una fraterna relación y que lo llamaba 'el gigante comprimido'. Díaz Pardo, también hay que resaltarlo, tuvo la visión de recuperar la memoria histórica de la Galicia del exilio, es decir, fue ese vínculo que permitió recuperar la documentación y relación con los exiliados de México, Venezuela, Brasil y, fundamentalmente, Buenos Aires".

"Solo el trabajo que hizo con la creación del Instituto Galego de Información ya sería una labor suficiente para justificar una vida ante la historia de Galicia pero su figura fue aún más gigantesca porque recuperó Sargadelos, dio vida al Instituto de Formas, fundó Edicións do Castro... Fue un hombre de recio temple y alma singular comprometida con Galicia, de los últimos supervivientes de aquella generación secular que forjó su identidad y reivindicó el orgullo de ser gallego", aseguró.

Por su parte, Pilar Rodríguez Prada, viuda de Paz Andrade, asegura que "tenía la humildad de los sabios". La viuda de Valentín Paz Andrade y madre de Alfonso, que cumplió estas navidades 92 años, reconoció sentirse "bloqueada" por la noticia, aunque estuviera informada puntualmente de la evolución de su enfermedad. "Si me pregunta en estos momentos de Isaac -aseguró-, diría que hombres de su inteligencia, generosidad, capacidad de trabajo y humildad, esa humildad de los sabios, no nacen todos los días".

"Galicia perdió mucho y nosotros perdimos a un miembro de nuestra familia. Cuánto siento que mi salud no me permita desplazarme para acompañar a su viuda, mi amiga de siempre Minina Arias de Castro, y mi hijo esté muy lejos de Vigo y tampoco pueda, aunque vaya en nuestra representación mi nieto. Ella y Maruxa Seoane siempre tuvieron a nuestra casa como suya, y aquí se venían cuando pasaban por Vigo", comentó Rodríguez Prada, que añadió: "En cuanto a Isaac, lo recuerdo desde que lo conocí, hace 60 o 70 años, antes de su marcha a Argentina. Vi cómo nacían y crecían sus hijos, Camilo, Rosendo y Xosé porque nuestra relación fue muy fuerte. Valentín lo quería especialmente. De Valentín aprendí a ser fuerte, a encajar los golpes con entereza, pero créame que me cuesta mucho aceptar la ausencia de este gran amigo".