Al intendente del Teatro Real, Gerard Mortier, le gusta seducir, por eso sufre tanto cuando a la gente no le gusta lo que programa, una quina que, intuye, no tendrá que tragar gracias a su nueva temporada, que se abre desafiando a la crisis con una "genial" versión en concierto de Moses und Aron. La "mejor señal" de que va por el buen camino, explica en una entrevista con Efe, es que este año se han vendido 2.000 nuevos abonos, es decir, se han cubierto todos los que devolvieron los espectadores en la anterior temporada disgustados con el "menú" que el belga les ofrecía.

La obra que abre -7 y 9 de septiembre- una temporada en la que Mortier ha intentado "dar gusto a todos", es "una de las grandes del siglo XX, una hora y 45 minutos de música sublime", asevera.

Este montaje de la única ópera que compuso Arnold Schönberg (1874-1951), con la que el Real celebra el 15 aniversario de su reapertura, es un proyecto conjunto del coliseo madrileño, la Philharmonie de Berlín y el Festival de Lucerna con Sylvain Cambrelaing dirigiendo a la SWR Sinfonierorchester Baden-Baden, de Friburgo, y el Europa Chor Akademie.

"Por supuesto" que le hubiera gustado ofrecerla en versión dramatizada pero, se disculpa a la vez que presume, habría costado "cuatro veces más, y no están los tiempos para eso". Tiene claro que la "estrella" de la nueva temporada -tres productores se han interesado ya por los derechos para grabarla en DVD- será Così fan tutte, la segunda ópera que dirigirá escénicamente el realizador de cine alemán Michael Haneke.