El cine social desde una perspectiva de género es el tema del curso de verano de la USC que ha reunido desde el jueves y hasta hoy en Padrón a directores de cine como Vicente Aranda, Javier Balaguer y Sandra Sánchez. Balaguer relató ayer la experiencia con su película Solo mía, que fue pionera en llevar a la gran pantalla el tema de los malos tratos.

-Solo mía fue la primera película española plenamente centrada en el tema de los malos tratos. ¿Fue muy complicado sacarla adelante?

-Bastante. El guión lo escribí en 1996 y la película por fin la pudimos hacer en 2001. En esos momentos era muy difícil encontrar información sobre este tema. En el Instituto de la Mujer encontramos algunos libros de Canadá y el norte de Europa, nada en español. Conocimos también a una mujer que conocía a fondo el tema y nos educó muy bien. El problema después fue que todas las instituciones y televisiones nos dijeron que no les interesaba. Nos encontramos muchas veces con el comentario 'Ese tema mejor no tocarlo'.

-Sin embargo, la cinta fue muy bien recibida por la crítica y el público.

-Sí, hay un público amplio que agradece estas películas porque tratan temas muy cercanos a todos nosotros. De hecho, en España han tenido mucho éxito películas sociales como El bola o Princesas pero para hacer cine social hay que tener mucha paciencia y reinventarse hasta conseguir, a veces por una simple casualidad, que alguien diga 'sí'.

-¿Hasta qué punto cree que el cine social tiene valor como gestor de cambio de conductas?

-Yo creo que una película o cualquier otro medio artístico tiene la capacidad de poner en el candelero el problema. Cuando dirigí Solo mía yo tenía en mente crear un debate al menos a nivel de pareja. La película tuvo mucha repercusión en los medios y creo que pusimos un granito de arena para dar visibilidad al problema.

-Doce años después de la película, ¿siente que haya cambiado mucho el problema de la violencia de género?

-Aunque cada vez la gente está más concienciada, siguen muriendo muchas mujeres y aún hay un gran desconocimiento sobre esta realidad social, que muchos siguen achacando a problemas de drogas o alcoholismo. Es un problema muy complicado que necesita un trabajo conjunto de toda la sociedad y las instituciones.

-¿En qué está trabajando ahora?

-Llevo seis años intentando sacar adelante una película sobre la droga, con un punto de vista muy distinto a lo que se ha hecho hasta ahora, pero me encuentro con los mismos problemas y con las mismas personas que hace doce años.

-En estos tiempos de crisis, aún será más complicado...

-Pues no lo sé porque he vivido en crisis toda mi vida así que no noto la diferencia. Nos suben el IVA de las entradas del cine, del ocio en general para decirnos que somos borregos que tenemos que trabajar y que no podemos divertirnos ni pensar. Y lo triste es que nos quejamos, pero realmente no hacemos nada.