Este martes 28 de marzo se cumplen 75 años de la muerte del poeta Miguel Hernández Gilabert, nacido un 30 de octubre de 1910 en Orihuela (Alicante), en el lecho de una familia humilde en la que la necesidad laboral apenas dejaba tiempo para la educación. Pero eso no impidió a Miguel desarrollar un exquisito gusto por la poesía clásica española.

Desde jovencito, Miguel mostró no sólo una insaciable pasión por la poesía clásica, si no también una sensibilidad especial para ser él mismo quien la compusiera. Pronto empieza a formar parte de la tertulia literaria de Orihuela, donde conoce a Ramón Sijé, de quien se haría gran amigo.

A partir de 1930, a la edad de 20 años, empieza a publicar pequeñas poesías cortas en revistas como 'El pueblo de Orihuela' o 'El Día de Alicante'. Pronto busca ampliar sus horizontes y viaja a Madrid, donde se zambullirá de pleno en el movimiento poético de la época. Es en aquellos años cuando escribe 'Perito en Lunas', donde refleja sus experiencias.

Establecido en Madrid, con continuas colaboraciones en distintas revistas, Miguel Hernández encuentra tiempo para escribir varias obras, entre las que destacan 'El silbo vulnerable', 'Imagen de tu huella' y 'El rayo que no cesa'. Los poemas del autor están centrados en un estilo que se denominó 'poesía de guerra' y del que es uno de los principales referentes.

Cuando estalla la Guerra Civil, Miguel decide tomar parte activa de la misma, lo que le obliga a abandonar el país cuando ésta termina. Por desgracia es descubierto en la frontera con Portugal, donde es detenido y sentenciado a pena de muerte. Y, aunque su condena fue conmutada por una pena de 30 años de prisión, jamás llegó a cumplirla, ya que la tuberculosis acabó con el poeta el 28 de marzo de 1942 en una fría prisión de Alicante.