Una selección de retratos del pintor postimpresionista Paul Cézanne, presentada en el museo National Portrait Gallery de Londres, permite conocer su evolución pictórica y traslada a los visitantes al "mundo que él conocía".

La muestra reúne medio centenar de obras del artista francés (1839-1906) realizadas a lo largo de sus 45 años de trayectoria profesional, desde sus retratos iniciáticos de los años sesenta, impregnados de un toque combativo, hasta los lienzos sobre su jardinero en Aix-en-Provence, Vallier, a principios del siglo XX.

"Los retratos de Cézanne no sólo nos invitan al mundo que él conocía, sino que nos permiten contemplar la continua inventiva del artista", reflexiona el comisario jefe de la exposición, John Elderfield.

La colección ofrece una recorrido cronológico que, mediante los principales retratos de cada etapa pictórica del autor, refleja la evolución de su técnica y plantea hasta qué punto su estilo fue marcado por las personas que se dejaban retratar.

De hecho, la muestra evidencia que Cézanne no reflejaba a figuras públicas, sino a personas anónimas de su entorno, algo que, según Elderfield, le permitía hacer unos cuadros "más genuinos", ya que las personas no esperaban salir de ninguna manera en concreto.

Prosiguiendo al famoso retrato a su padre leyendo un periódico, Cézanne siguió retratando a las personas que conformaban su zona de confort, como su gran amigo Émile Zola, a quien pintó con un estilo más refinado respecto a sus primeras obras, su tío Dominique o su esposa, Hortense Fiquet.

La exposición también recoge algunos de los 28 retratos en 20 años que el artista hizo a Madame Cézanne, la persona más representada en su obra -incluso más que él mismo- y también la más próxima.

Evolución del personaje y técnico

Esta particular cadena de retratos sucesivos a su esposa, que permite ver tanto la evolución del personaje como la técnica empleada por el pintor, fue un 'modus operandi' que también empleó con su tío Dominique y su jardinero, y que recoge el museo.

Al final del recorrido, en una situación análoga a su vida, hay tres de los cuatro retratos que Cézanne hizo a su mujer en París entre 1888 y 1889, en los que aparece con un vestido rojo, cuyos contornos presentan idénticos contrastes en los tres cuadros.

A través de sus pinturas y los modelos que posaron para el artista, la recopilación introduce el estilo con el que pintaba Cézanne en cada época concreta, ofreciendo al visitante una radiografía de su desarrollo mediante sus principales obras.

Uno de los platos fuertes de la colección se encuentra a medio camino de su trayectoria profesional, con los autorretratos del artista pintados al estilo "pinceladas constructivas", una técnica de pintura paralela en diagonal que hasta el momento había usado en sus paisajes.

La muestra también incluye tres autorretratos de Cézanne, pintados en 1885 y 1886, que nunca antes se habían expuesto públicamente en el Reino Unido, caracterizados por el atuendo que en aquel momento llevaba el artista: un sombrero hongo.

Se trata de la primera vez que se han reunido trabajos provenientes de museos y colecciones privadas de Brasil, Dinamarca, Francia, Rusia, Suecia, Estados Unidos y el Reino Unido.