Dave Grohl ha revelado la extensa e intensa rutina alcohólica que practica metódicamente cada vez que tiene concierto antes de salir al escenario con sus Foo Fighters.

Todo empieza alrededor de hora y media antes de la hora señalada con la ingesta de tres ibuprofenos. "Una hora antes del concierto, me tomo una cerveza Coors Light", dijo a la emisora 95.5 KLOS y recoge el NME.

Y continúa: "Como 50 minutos antes, me tomo mi primer Jägermeister, termino la primera Coors Light y me tomo otra. Entonces hay un montón de gente alrededor, así que me tomo chupitos con todo el que esté en la habitación. La siguiente Coors Light está acabada, así que cojo otra fría".

Como unos 20 minutos antes de salir al escenario, calcula Grohl que ha podido tomar tres o cuatro chupitos de Jager y tres Coors Light. En ese momento el camerino de despeja y los miembros de la banda tienen un cuarto de hora para ellos mismos.

"Entonces ahí estamos todos y me siento culpable porque soy el único que ha estado bebiendo chupitos de Jag, así que empiezo a ofrecer chupitos al resto de la banda, que están todos bebiendo vino y champán o lo que sea", confiesa Grohl.

Y todavía prosigue el ritual: "Así que estoy dándoles los chupitos, pero tengo que tomarlos también, de manera que ya llevo cinco o seis. Entonces es como 'es momento de ir al escenario', así que abro otra cerveza solo para tener una fría mientras camino y me tomo lo último que queda de Jag".

Tras un instante de reflexión una vez enumerado todo el proceso, Grohl concluye con su habitual sentido del humor: "¡Esto es malo! Así es como he pasado cada noche del último año y medio. Por esto no tengo miedo del Señor. He visto peor".