La Fundación SGAE presentó este martes, coincidiendo con el día en el que se cumplían 17 años de su muerte, la obra completa de Adolfo Marsillach, un acto a través del cual se ha querido reconocer su contribución tanto al teatro como a la escena clásica.

El evento fue aprovechado para presentar el libro -editado por Pedro Víllora y con prólogo de Mercedes Lezcano- en el que se recogen todas las obras del dramaturgo, un autor que contaba con un ingenioso sentido del humor -refinado e irónico- y que era un adelantado a su tiempo.

El libro reúne obras como 'Yo me bajo en la próxima, ¿y usted?', 'Mata-Hari', 'Proceso Mata-Hari', 'Se vende ático', 'Feliz aniversario', 'El saloncito chino', 'Extraño anuncio' o 'Noche de Reyes sin Shakespeare', obras que siguen estando presentes hoy en día.

Marsillach, que ejerció como actor, director, productor o escritor, siempre defendió el lema 'No soy tan ingenuo como para pensar que el teatro pueda transformar la sociedad, pero estoy convencido de que existe una posibilidad de ayudar a despertarla'.

Por ello, convirtió sus obras en algo divertido y erótico, siempre nadó a contracorriente y sentía una debilidad por los perdedores. Ante todo, Marsillach fue una persona libre, honesta, rebelde, burlona y escéptica. Supo crear también una cierta barrera, a través de la cual consiguió ocultar, en cierta medida, su ternura.

Además, dejó como una de sus grandes contribuciones, la creación de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, de la que fue su máximo responsable en los periodos 1986-89 y 1992-97.

Marsillach fue reconocido con galardones como el Premio Nacional de Dirección, el Premio de Interpretación del Festival de San Sebastián, el Premio Maytre, el Premio Nacional del Teatro, el Premio ADE, el Premio Goya, la Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes o el Premio Max de Honor. Además, recibió también, dentro de la literatura, el Premio Espasa del Humor o el Premio Comillas

Teatro para fomentar la participación social y accesible de los mayores

Su hija, Blanca Marsillach, intenta mantener el legado de su padre de una manera práctica y accesible, como él quería. De ahí, el proyecto 'Entre versos y Marsillach', creado hace tres años por su compañía y a través del cual un grupo de doce mayores procedentes de centros sociales lleva a cabo una interpretación dramatizada del verso, que cuenta con la imagen de Adolfo Marsillach proyectada. Se trata de una adaptación de Mónica Buiza al homenaje que el propio autor realizó en 1997 a los grandes poetas del Siglo de Oro español.