Andrés Calamaro ha emocionado este miércoles al público del Gran Teatro del Liceu de Barcelona con sus canciones y casi ha ofendido con sus palabras, en un concierto largo, en el que ha habido tiempo para grandes éxitos, temas nuevos, risas y algún silbido de desaprobación.

"El rock and roll no es complaciente, el rock gusta, pero ofende", ha dicho el argentino cuando ha empezado a notar que el público desaprobaba algunos de sus comentarios políticamente incorrectos.

Haciéndose querer a ratos y buscado la provocación en otros momentos, Calamaro ha jugado toda la noche en el filo navaja y casi ha perdido el equilibrio en alguna ocasión, pero siempre ha logrado volver al centro y al final, no sólo no se ha caído, sino que ha salido de la plaza por la puerta grande y con una gran ovación.

Ovación que se ha ganado con un concierto de casi tres horas en el que ha tocado temas míticos como "Alta suciedad", "Clonazepán y circo", "La parte de adelante" y "Las oportunidades".

También ha habido tiempo para recordar canciones de su etapa con Los Rodríguez y para presentar algunas de las nuevas composiciones que acaba de agrupar en el disco "Cargar la suerte", una frase taurina que significa asumir riesgos.

Consecuente con el titulo de su álbum, el que da sentido a la gira que empezó este fin de semana en Albacete y que hoy ha llegado a Barcelona, antes de recorrer toda España y saltar luego a América, Calamaro ha hablado de todos los temas delicados que se le han pasado por la cabeza.

El asunto que menos ha abordado ha sido el del sentimiento nacional, que sólo ha mencionado de pasada cuando ha dicho que ama Barcelona y ama España, a modo de introducción del poema especialmente dedicado a Barcelona que ha recitado en el ecuador del concierto.

En vista de que unos aplaudían y otros silbaban cuando decía la palabra "España" ha dejado este tema y se ha pasado otros igual de sensibles, como la polémica frase que lanzó en las redes sociales hace poco y que levantó una avalanchas de críticas por su presunto acercamiento a Vox.

"Yo no estoy aquí para decir lo que la gente quiere oír, eso es demasiado fácil, para eso está Viggo Mortensen con su discurso antifascista facilón", ha dicho.

Viggo Mortensen ha sido el centro de sus críticas durante la recta final del concierto, hasta el punto que parte del público ha tenido que implorar "rock and roll, por favor".

Afortunadamente Calamaro ha vuelto a la música y ha compensado sus insultos a este actor, que reside en Cataluña y es muy querido, con temazos como "Tuyo siempre", "Loco", "Los aviones", "Crímenes", "Mi enfermedad", "Estadio azteca", "Milonga del marinero", "Paloma" y la maravillosa "Flaca" en los bises.

También se ha hecho perdonar los comentarios machistas con su "no se lo tomen mal, soy argentino y el humor argentino es así, irónico, nunca hablamos en serio, ni mi madre sabe cuándo hablo en serio y cuándo en broma".

Simpático y polémico, pero sobretodo músico y compositor de más de mil canciones, muchas de ellas inmortales, el público le ha acabado perdonando todo, incluso la frase en la que ha sugerido que los catalanes no entienden su sentido del humor, y el concierto ha acabado con todo el mundo en pie, cantando y bailando, en un Liceo abarrotado y precioso, y Calamaro besando el escenario "donde ha cantado gente tan grande como Pavarotti o Montserrat Caballé".