"Mata Mua" ("Erase una vez", 1892) de Paul Gauguin es una de las piezas más importantes del Museo Nacional Thyssen-Bornemisza y ahora es, además el protagonista inesperado del enésimo episodio de las desavenencias entre Tita Cervera y el Gobierno por el alquiler de su colección.

El cuadro es una preciosa escena, imaginada por Gaugin, de su etapa de Tahití, en la que puede verse a varias mujeres adorando a Hida, la deidad de la luna. Su adquisición fue una de las últimas del barón Thyssen y es, sin duda, la joya de la corona de la colección privada de su viuda.

En este momento el cuadro ya no está en el Museo Thyssen y su salida a subasta -algo que Carmen Thyssen asegura que no pretende hacer- sería algo extraordinario, y probablemente no volvería a suceder en mucho tiempo.

"Es completamente excepcional encontrar piezas de Gauguin de ese calibre, del periodo de Tahití, por eso es particularmente valioso", explica a la Agencia Efe Javier Arnaldo Alcubilla, conservador y jefe de investigación del Thyssen entre 2001 y 2011 y catedrático de Historia del Arte en la Universidad Complutense de Madrid.

La colección de la baronesa Thyssen no tiene nada que ver con la de su marido, que el Estado compró en los noventa. Esta sigue siendo de su propiedad y desde 2004 se expone en el museo. Una decena de ministros se han sucedido desde entonces sin conseguir atar el acuerdo para que se quede, aunque ha estado a punto de cerrarse en varias ocasiones.

La relación ha estado salpicada, como ahora, de desavenencias y cruce de acusaciones en los medios. En este tiempo la baronesa ha vendido obras y ha abierto otros museos, como el de Málaga, el de Andorra y el espacio de Sant Feliu de Guixols (solo en verano), lo que ha fragmentado la colección, de la que ya ha sido vendida otra de sus joyas, "La esclusa", de John Constable, en 2012.

"Son pérdidas muy importantes, la colección se ha ido descabezando, no está retirando obras secundarias, sino más bien lo contrario", explica el experto y crítico de arte, que ve con "consternación" cómo la colección, que es importante pero también "muy desigual", está perdiendo en este proceso parte de su valor.

Todavía quedan en ella cuadros "destacados", como "Los segadores", de Pablo Ruiz Picasso, o "Portuguesa", de Robert Delaunay, y varios conjuntos, como el de vistas venecianas, el de impresionistas franceses y el de expresionismo alemán, con "entidad museológica", añade.

Cuando la baronesa vendió el Constable, Ángeles González Sinde era ministra de Cultura. Parecía que había conseguido alcanzar un acuerdo para el alquiler de la colección y también frenar la salida de la obra, pero en el último momento Carmen Thyssen se echó para atrás.

"Esta es su práctica habitual", ha dicho Sinde a la Agencia Efe, que recuerda con amargura ese episodio y le parece injusto la atención que los medios prestan a su colección. Los museos españoles, argumenta, "están llenos" de obras depositadas por colecciones privadas a las que no se presta tanta atención.

José Guirao, ministro entre 2018 y 2020, también consiguió alcanzar un principio de acuerdo y frenar la salida del "Mata Mua", pero con su cese y la llegada en enero de José Manuel Rodríguez Uribes, su sucesor en el Ministerio, la baronesa se llevó la obra en pleno estado de alarma, en abril, y también otros tres cuadros que ya habían quedado fuera del préstamo.

Son "Martha Mckeen' de Wellfleet" (1944), de Edward Hopper; "El puente de Charing Cross" (1899), de Claude Monet, y "Caballos de carreras en un paisaje (1894), de Edgar Degas. Estas tres obras son también de un "gran valor", según Arnaldo, especialmente la última, una pieza de extraordinaria calidad y una rareza dentro del coleccionismo español.

"El objetivo era venderlos"

Guirao asegura que el objetivo de sacarlos de España era venderlos, aunque ella lo ha negado a través de sus abogados. Juega al despiste y también asegura que a lo mejor vende "alguno" y condiciona el regreso de "Mata Mua" a la marcha de las negociaciones.

La pérdida del cuadro de Gauguin es una gran pérdida para el patrimonio español y además añade presión a las conversaciones para llegar a un acuerdo, que ambas partes, por lo menos en público, asegura que siguen en marcha.

La prórroga -la número dieciséis- sobre la cesión de la colección se cumple en septiembre de este año. Solo el tiempo dirá si "Mata Mua" vuelve después de que ambas partes alcancen un acuerdo o las negociaciones cobran un giro inesperado.