El artista Rudy Mercado tenía un año cuando el 22 de noviembre de 1963 asesinaron a John Fitgerald Kennedy, el presidente más joven de Estados Unidos cuya muerte conmocionó al mundo "y se paró el concepto de democracia", apunta el californiano afincado en Alicante. Cincuenta y siete años después del suceso, este especialista en escenografía cinematográfica, que ha trabajado en una treintena de películas, se propone rescatar "el crimen del siglo no contado y no resuelto" a través del arte en el día del aniversario.

Con este fin, el próximo domingo realizará una performance en streaming -a través de un canal por determinar aún, bien por Instagram o YouTube- en la que ofrecerá una "recreación artística" del recorrido fatídico que J. F. K. realizó en coche en la plaza Dealy de Dallas, en Texas, y que acabó con su vida.

Sobre una maqueta de más de dos metros cuadrados elaborada con papel maché; unos fondos pintados sobre la pared de su taller con perspectiva, a modo de trampantojo, que trasladan el escenario real de aquel momento; y más de doscientas figuras de plastilina que se distribuirán por todo el espacio, Rudy Mercado prevé culminar su "diorama en vivo" el domingo para recuperar ese momento de la historia.

Con la ayuda de cinco alumnos de su escuela de dibujo (Vlad Ivanovskii , Marco Dela Pola, Mariola Jordá Casado, Laura Pirs Arechavala y Alec Wilcox Cano, este último también realizador, que se encargará de filmar y montar el documental de la instalación), Mercado trabaja desde hace tres meses en este proyecto.

"No es animación, es una performance con tres escenas, una forma primitiva de hacer cine, a partir de las tres ráfagas de fuego que se vivieron en ese momento, que no llegó ni a un minuto. Nos detendremos en cada escena, explicaremos lo que sucedió y moveremos todos los personajes para la siguiente escena", indica el responsable, que añade que "una vez concluya, se reciclará todo. Es arte efímero puro".

Idea durante el confinamiento

La idea de crear una gran maqueta con figuras de plastilina la gestó Rudy Mercado durante el confinamiento, "era un cambio de ciclo y lo pensé como proyecto para la cuarentena. Al principio iba a recrear una batalla, porque me gusta mucho la historia, pero a los alumnos les interesó más este asunto y vi que el tema era perfecto para este momento en el que poder mostrar una parte siniestra y amarga detrás del sueño americano", explica.

La representación del suceso no sigue la historia oficial contada durante años sobre tres disparos desde un edificio y la autoría de Lee Harvey Oswald, asesinado dos días después por Jack Ruby, sino que se alía con la conspiración y mantiene que todo fue un complot estudiado de la central de inteligencia norteamericana . "Oswald fue solo un cabeza de turco, ni siquiera disparó. Había ocho francotiradores, sabemos los nombres de los pistoleros y dispararon 16 balas contra la caravana hasta el disparo final que le mató, probablemente desde una alcantarilla. Fue un golpe de estado, pero la investigación fue una chapuza y no se tomó en cuenta lo que vieron todos los testigos", considera el artista.

Sobre esa base, Rudy Mercado se ha reencontrado con una forma de creación en la que se inició con sus padres desde que era niño. "Las maquetas de plastilina son mi primer amor como artista, mi primera forma de arte. Mis padres me transmitieron esa pasión y cuando éramos pequeños cada año hacíamos 2 o 3 maquetas con batallas históricas", relata, tras indicar que, también en este caso, se trata de "una visión artística con figuración sobre un acontecimiento histórico muy documentado".

Otra muerte sin resolver

El último proyecto de Rudy Mercado, aún pendiente, es concluir una película de animación sobre la historia del grupo estadounidense de los años 60 The Bobby Fuller Four, cuyo éxito se vio truncado por la muerte de su líder en extrañas circunstancias.