En la mañana del 9 de diciembre de 1980, tras conocerse el asesinato de John Lennon la noche anterior a las puertas del legendario edificio Dakota, junto al Central Park neoyorkino, Juan de Dios Sánchez Mas, de 14 años, irrumpió en clase junto a su inseparable Hernando, su doppelgänger, con cara de Marlon Brando en 'Salvaje', iracundo, arrogante, chulesco, un rocker de manual, atusándose el tupé a lo Eddie Cochran y subiéndose las solapas de su cazadora de cuero comprada en el Rastro. Aquella fría mañana de invierno vallecano de colegio de curas, Sánchez Mas exclamó: "¡Han matado a Lennon! ¡Primero mataron a Elvis y ahora han matado a John!". Yo, que venía con la noticia sabida de casa, pensé entre dudas: "¿Mataron a Elvis?"

- Sánchez Mas, siéntese -ordenó la profesora.

Y los dos muchachos de 14 años se dejaron caer a plomo en sus pupitres, en apariencia abatidos, no sin cierta impostura, como si estuvieran obligados a mostrar en público su pesar por la muerte del ídolo. Sánchez Mas, pasándose los dedos por aquel cabello apelmazado y pegajoso, y Hernando, su servicial clon, a su lado, que sólo asentía, dedicó la media hora de recreo a desgajar su particular teoría de la conspiración sobre el trágico asesinato del beatle a las 22.40 del 8 de diciembre de 1980, hora de Nueva York, a manos de Mark David Chapman, el fan perturbado que le descerrajó cinco tiros por la espalda, en presencia de Yoko, horas después de que el músico le autografiara la portada de 'Double fantasy'.

Han pasado 40 años. Muchos de quienes rebasamos ya el medio siglo recordamos cómo supimos del magnicidio, del mismo modo que podemos describir con cierto detalle el día del asesinato de Carrero, la muerte de Franco o el 23-F. Tal precisión en el recuerdo colectivo evidencia la importancia capital de John Lennon en la historia de la música en particular y del arte en general, y le pone en valor como creador de piezas magistrales y memorables, sin las que no habría sido posible la evolución de la música y la poesía contemporáneas.

La historia hagiográfica de John Lennon cimentó su leyenda con los Beatles y acabó de consolidarse tras su asesinato, a base de letras de canciones y de frases más o menos ingeniosas que han llenado de pintadas las paredes de muchas ciudades, garabateado libros de texto y, en los últimos tiempos, aderezado millones de biografías anónimas de internet.

Lennon era un músico genial, aunque no un pensador, lo que no ha impedido que fans incondicionales como Sánchez Mas y Hernando, entonces en vísperas de la adolescencia, hayan encontrado en las particulares greguerías del de Liverpool un peculiar compendio de filosofía de andar por casa muy anterior a los asertos edulcorados de Paulo Coelho que triunfaron años después en millones de muros de Facebook. Aquí van diez de ellas y un bonus track.

1. "Vivir es fácil con los ojos cerrados". Así arranca la segunda estrofa de 'Strawberry fields forever', una de las piezas descartadas del 'Sgt. Pepper’s' que fue editada como single en febrero de 1967. Continuaba así: "Malentendiendo todo lo que ves. Se está poniendo difícil ser alguien, pero todo sale bien". Una pieza casi nihilista de un preciosismo incontestable, de cuya letra dieron cuenta décadas después en el cine David Trueba y Javier Cámara.

2. "1+1=John+Yoko. Matemática simple". Durante largo tiempo, muy a su pesar, la pareja del beatle se convirtió en una de las personas más detestadas por los fans del cuarteto, por cuanto se atribuía a la artista japonesa la separación de los 'fab four', previo distanciamiento con los otros tres miembros. Ese pensamiento, discutible según la fuente, dio lugar con el paso de los años al asentamiento de otra frase memorable de origen indeterminado: "La culpa de todo la tiene Yoko Ono".

3. "En mi vida solo he tenido dos amigos, Yoko y Paul". Bueno, bueno. Verdadero y falso a la vez. Amigos incondicionales desde la adolescencia y en los primeros años del cuarteto, luego parece que no lo fueron tanto, pero si hay que creer a McCartney, que dedica en directo canciones a su "amigo John", posiblemente nunca habrían compuesto entre ambos temas inmortales sin ese acervo emocional. En 1971, John dedicó a Paul ¡How do you sleep?', uno de cuyos versos decía: "Lo único que hiciste fue 'Yesterday' [ayer], y desde que te fuiste eres solo un día más".

4. "Yo no soy Los Beatles, Paul no es Los Beatles. Los Beatles son Los Beatles. Por separado, están separados". El 14 de abril se conmemora en España el día en que se proclamó la República en 1931 y en el mundo entero la fecha en que Paul McCartney se dirigió por carta a Apple Records conminando a que no se tocaran los arreglos en 'Leti t be'. Aquello dio paso a un litigio en los tribunales por las relaciones contractuales del grupo y el principio del fin de la banda, que ya no volvería a grabar.

5. "Somos más populares que Jesús". Se refería a Jesucristo. La frase era una evidencia y solemnizaba lo obvio, aunque pronunciada en la década de 1960, los periódicos ingleses le dieron más trascendencia de la que de verdad tenía. La frase completa era ésta: "El cristianismo se irá. Va a encoger y desaparecer. No necesito argumentarlo, tengo razón y el tiempo lo demostrará. Ahora mismo somos más populares que Jesús. No sé qué se irá antes, si el rock o el cristianismo". Los Beatles eran carne de cañón para los tabloides y la ocurrencia se convirtió en blasfemia. Preguntado por un periodista, Paul salió a defender a su amigo y vino a decir algo así como que de quién era la culpa de la polémica, ¿de John por decir aquello o de los periodistas por difundirlo a cascoporro? El eterno debate.

6. "La religión es sólo una manera de sacarles el diezmo a los ignorantes, sólo existe un Dios, y ése no se enriquece como los curas charlatanes". Como contrapeso a la anterior, Lennon se despacha a gusto con la Iglesia. Ya fuera de los Beatles, en tiempos de la Plastic Ono Band, Lennon compuso su celebrada pieza 'God': "No creo en Hitler, no creo en Jesús, no creo en Elvis, no creo en los Beatles. Sólo creo en mí, Yoko".

7. "Mahatma Gandhi y Martin Luther King son grandes ejemplos de seres no violentos que murieron violentamente. Nunca puede funcionar eso. Somos pacifistas, pero no estoy seguro lo que significa cuando eres pacifista y eres disparado. No puedo entender eso". Dado cómo murió, la frase le convierte en un visionario. John y Yoko hicieron de la paz su bandera. Ambos posaron desnudos para parar guerras, compuso 'Imagine' y 'Give peace a chance', fue pacifista militante y un activista de la no violencia. Paradójicamente, murió de cinco disparos.

8. "Vivimos en un mundo donde nos escondemos para hacer el amor, mientras la violencia se practica a plena luz del día". Uno de esos titulares por los que pagaría hoy día cualquier periodista.

9. "Desde que naces... te drogan con la religión, el sexo y la televisión". En los años 70, siempre que tuvo oportunidad, John Lennon se encargó de desquitarse de aquella imagen de chicos ejemplares y divertidos que el manager de los Beatles, Brian Epstein, les fabricó con tanto éxito. En una escena artística copada por el canalleo (los Stones, los Who, los Kinks), el cuarteto hacía películas de dibujos animados y corría delante de las chicas y no detrás, como Jagger, Richards y Jones. Sin esa presión, una vez comenzada su carrera en solitario, el lenguaraz Lennon se apareció como un intelectual ingenioso, siempre con la respuesta a punto y la pistola cargada y sin un solo pelo en lengua.

10. "Cada persona es el reflejo de la música que escucha". La verdad absoluta para el melómano, la que nos delata en el resumen del año que nos regala Spotify, la diferencia abismal que diferencia al amante de Led Zeppelin del adicto al reguetón.

Bonus track

11. "Ringo no fue el mejor baterista de la historia. De hecho, ni siquiera fue el mejor baterista de los Beatles". Lennon nunca dijo tal cosa, pero dada su afilada locuacidad, la frase podría haber sido suya. John consideraba a Ringo una parte esencial del cuarteto. La afirmación -ingeniosa, hay que decirlo- la pronunció en televisión un humorista inglés en 1983. Tal es la magnitud de John Lennon como personaje en la historia, que ha acabado por generar frases apócrifas que bien podrían haber sido suyas. Pero no. Como autor era tan grande, que es difícil saber hacia dónde habría llegado su genio si un perturbado no le hubiera abordado aquel 8 de diciembre de 1980. Tenía 40 años. Imaginen.