El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el reconocimiento de la técnica del Vidrio Soplado, con más de 2.000 años de historia, como Patrimonio Cultural Inmaterial, un arte que tiene como referencia a la Real Fábrica de La Granja (Segovia) y la Fábrica Gordiola de Palma de Mallorca.

Así lo ha adelantado el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes, en su cuenta de Twitter.

"En el Consejo de Ministros hemos reconocido la Técnica del Vidrio Soplado como Patrimonio Cultural Inmaterial. 2000 años de historia, con el floreciente S. XVIII y con la Real Fábrica de La Granja (Segovia) y la de Gordiola (Mallorca) como centros de referencia ¡Enhorabuena!", ha escrito el titular de Cultura.

En concreto, el Consejo de Ministros, a propuesta del responsable de Cultura y Deporte, ha aprobado el Real Decreto por el que se declara la técnica del vidrio soplado en España como Manifestación Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial.

Para la tramitación del Real Decreto se han recabado los informes del Consejo de Patrimonio Histórico y del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) como instituciones consultivas en la materia.

En el Real Decreto se hace referencia a la descripción de esta técnica estableciendo que sus procesos, conocimientos, productos, instrumental y maquinaria asociada, así como espacios arquitectónicos, presentan un conjunto de valores "históricos, inmateriales, tecnológicos y artísticos que merecen de preservación, por ser una actividad vinculada a la cultura española".

Es una técnica esta que cuenta con grandes centros de producción de más de tres siglos de vigencia, como son el Centro Nacional del Vidrio de la Granja en Segovia y los Vidrios Gordiola en Mallorca.

"Dar visibilidad a producciones características de centros ya extinguidos"

Por todo el territorio español coexisten experiencias individuales con este tipo de técnica, añade el Ministerio de Cultura, en forma de pequeños talleres artesanos, en muchos casos unidos a museos, que buscan "revitalizar y dar visibilidad a producciones características de centros ya extinguidos".

A pesar de esta importancia histórica y sociocultural, matiza el ministerio, en la actualidad la viabilidad de esta práctica se ve "amenazada" por varios factores como la competitividad de la producción industrial del vidrio y otros materiales frente a esta técnica tradicional.

Además, existe una "falta de interés" de las nuevas generaciones, lo que provoca una "situación de peligro" a causa de la disminución del número de depositarios de los conocimientos, explica el Ministerio.

La técnica del vidrio soplado puede rastrearse en la península desde la Antigüedad, proveniente del Mediterráneo Oriental, donde suele fecharse a mediados del siglo I a.C.

Se desconoce la fecha exacta de introducción del vidrio soplado en España, pero ya Plinio da cuenta de la fabricación del vidrio en Hispania hacia el tercer cuarto del siglo I d.C.

La técnica del vidrio soplado fue excepcionalmente trabajada en el arte islámico de la península, floreciendo talleres que tendrían continuación e influencia en la Edad Moderna de contexto cristiano, destacando fundamentalmente los talleres de la Corona de Aragón.

En el siglo XVIII vivió un florecimiento económico con las políticas económicas de los Borbones centradas en la producción nacional, de cuya línea nacerá la Real Fábrica de Vidrios de La Granja en Segovia, así como en el fomento de la producción con el beneplácito real por parte de propietarios privados, como es el caso de la Fábrica de Gordiola en Mallorca.

La Real Fábrica de Cristales de La Granja, surgida durante la dinastía borbónica, constituyó uno de los ejemplos de manufacturas reales más importantes de toda la España dieciochesca.

Su historia comienza en 1727 cuando el secretario de Estado Joseph de Patiño ordenó a Ventura Sit comenzar a trabajar vidrio plano en un pequeño horno situado en una barraca del Real Sitio, mandada construir por Andrea Procaccini.

Por su parte, la Fábrica Gordiola se inició en 1719, cuando el empresario catalán Bernardo Gordiola y el vidriero aragonés Blas Rigal construyeron en el centro de Palma un pequeño horno de estilo romano, de planta circular y cúpula abovedada para trabajar el vidrio con la combustión de la leña y el carbón.