Mirela no le hace falta ningún apellido artístico. Las seis letras de su nombre resultan más que suficientes para ligarla al fenómeno Eurovisión. Ha intentado representar a España hasta en cinco ocasiones.

Una de ellas para el formato junior. Quizá, la única vez en la que no hubo ningún tipo de polémica a su alrededor. Esta cantante de 31 años siempre ha sido una de las grandes favoritas del público para ir al festival, pero nunca lo ha conseguido. Aunque puede que, en un futuro, lo vuelva a intentar.

La última vez que lo hizo, en 2017, lo musical quedó deslucido por un supuesto tongo: su tema arrasó en las votaciones del público... sin embargo, al final ganó el candidato predilecto del jurado: Manel Navarro. Algo muy similar a lo que acaba de ocurrir con TanxugueirasRigoberta Bandini Chanel en el Benidorm Fest. “No lo he visto porque es algo que me hace más mal que bien. No es que se me haya quedado una secuela, pero lo que viví fue muy doloroso”, asegura la cantante por teléfono. A día de hoy actúa en Lío Ibiza, uno de los espectáculos de cabaret más exitosos en la isla.

Para ella, la música ha sido el gran pilar de su vida desde bien pequeña. Cuando apenas rondaba los 14 años, se presentó por primera vez a un talent-showEurojunior. Era de la preselección que TVE organizó, hasta en cuatro ocasiones, para elegir a la joven estrella que iría al certamen en su versión mini. De ahí salieron, por ejemplo, María Isabel, Antonio José, Blas Cantó o Dani Fernández. Mirela participó en la segunda edición, donde su canción quedó a escasos votos de la vencedoraAntes muerta que sencilla. Por aquel entonces, el sueño europeo latía con más fuerza que nunca. "Fue el comienzo de todo, lo que realmente me impulsó a dedicarme a esto", recuerda con especial cariño. "Cuando eres una niña, vives las cosas de otra manera. No hay competencia, sino mucha diversión porque no hay tanta responsabilidad sobre ti".

Una sensación que, al año siguiente, volvió a experimentar con su paso por Gente de Primera, un programa también de la cadena pública en el que cantantes de primer orden apadrinaban a jóvenes promesas. En su caso, le tocó Pastora Soler: “Ella fue mi comienzo, la mejor escuela que pude tener”. Esa preparación a medias entre intensiva y complaciente la catapultó a su primera intentona eurovisiva.

Pregunta. En 2007, TVE organizó 'Misión Eurovisión', un espacio compuesto por cuatro galas, una semifinal y una final a la que tan sólo llegarían cinco nombres. El suyo fue uno de ellos. De hecho, era la gran favorita con ‘La reina de la noche’. ¿Pensó en algún momento que ganaría?

Respuesta. Hay una cosa curiosa: cuando participé, acababa de cumplir 16… por lo que mi cabeza era prácticamente la de una niña. Quería hacerlo bien y disfrutar. Fue una experiencia bestial y, conforme iba pasando el tiempo, sí que llegué a pensar que podía ganar.

P. El pasado mayo, Javi Soleil (de D’Nash) dijo en una entrevista publicada en 'Bluper' que TVE les propuso desnudarse durante su actuación en Helsinki. ¿A usted le dieron alguna directriz de cara a la preselección?

R. Que yo recuerde, no. Nuestro cometido era claro: debíamos llevar una puesta en escena para cada una de las canciones que presentábamos, pero no nos dijeron nada más.

La reina de la noche quedó en segunda posición con 67 puntos, frente a los 85 que consiguió I Love You, mi vida. No obstante, la joven no cejó en su empeño y quiso volver a intentarlo al año siguiente. Sin ningún tipo de miedo ni reparo: “Eso es lo bueno de no tener esa madurez mental de autojuzgarte tanto a ti misma. Me daba igual lo que dijese la gente. Perdía más quedándome en casa, por lo que luché por lo que realmente quería”.

Stronger fue su propuesta, aunque pasó un tanto desapercibida al no superar el primer corte. En aquella edición, las cinco composiciones más votadas a través de la plataforma MySpace llegarían a una final que se completaría con otras cinco elegidas por un jurado. Entre ellas se encontraban Baila el ChikiChiki, de Rodolfo Chikilicuatre; La revolución sexual, de La Casa Azul; o Todo está en tu mente, de Coral Segovia.

Su empeño no terminó ahí, pues presentó otro nuevo tema en 2009: Nada es comparable a ti. En esta ocasión, tras clasificarse en primera posición en la votación online previa, llegó a la gala televisada donde se enfrentó a dos pesos pesados: Soraya Arnelas y Melody. Nuevamente, la suerte no estuvo de su lado. “Sabía que iba a ser muy difícil estar por delante de ellas. Sus cartas eran más fuertes”, asegura. “Cada vez que recibía un no, me daba vértigo volver a subir una montaña tan grande… pero tenía que intentarlo. Cuando deseas algo, tienes que ir a por ello”.

Así que decidió formarse y adquirir más experiencia. Su primera parada fue La Voz, el concurso de Telecinco que, por aquel entonces, tuvo a David Bisbal, Melendi, Rosario Flores y Malú entre sus coaches. Y, después, llegó el musical de El rey león, donde ha vivido una de sus mejores experiencias profesionales. Mientras tanto, en su cabeza seguía dando vueltas la idea eurovisiva. Hasta que, en 2017, volvió a dar otro paso al frente. “Se me presentó una nueva oportunidad que no pude dejar pasar. Me ilusioné muchísimo porque habían pasado ocho años desde que la última vez que lo intenté… pero me pilló fuera de guardia”.

Sin duda, esta preselección ha sido una de las más polémicas de la historia del certamen. Mirela arrasó entre el público con 4.479 votos, gracias a lo cual pudo compensar la escasa puntuación que el jurado profesional le otorgó. Éste estaba compuesto por Virginia Díaz (directora y presentadora de Radio 3), Javier Cárdenas (presentador de RTVE) y Xavi Martínez (director y presentador de Los 40 Principales). Este último, además, conocía a otro de los participantes de forma previa a la cita: Manel Navarro.

De hecho, en Twitter, llegó a publicar un mensaje que para algunos fue la confirmación de un supuesto favoritismo: “Ser parte del nacimiento de una estrella es bonito. Viva el talento y la música en directo. Desde el principio disfrutándote”. Una jugada que recuerda, en cierto modo, a lo que ha ocurrido este año con Chanel y Tanxungueiras.

P. Tras la suma de votos, empató con Manel… pero, según las normas, en dicho caso prevalecería la decisión del jurado. Algo que, en 2014, fue al contrario, cuando Ruth Lorenzo y Brequette Cassie se encontraron en la misma situación.

R. Sentí impotencia: a pesar de que los telespectadores me habían dado la máxima puntuación, no iba a poder responderles como debía. Era algo que se me escapaba de las manos. Para mí, el voto popular está por encima de todo. Lo digo claro, aunque esto me pueda perjudicar en un futuro. Nosotros comemos gracias al público. Él es el más inteligente. Por eso me entró tanta tristeza: no podía hacer más.

P. En ese momento, hubo gritos y acusaciones de tongo. Los ánimos empezaron a caldearse. Hasta el punto de que, como guinda del pastel, el autor de la canción de LeKlein agredió supuestamente a Xavi Martínez… o, al menos, eso es lo que el miembro del jurado comentó entonces en las redes sociales. Sin olvidar, el corte del manga que Manel dedicó a un público revolucionado por la decisión. ¿Cómo pudo mantener la compostura?

R. Conforme se iba acercando la fecha, empezaron a salir polémicas cada día. Y eso te empieza a ensuciar la ilusión que llevas. Tu mente por la noche no solo piensa en lo que tienes que hacer, sino también en lo que está apareciendo de nuevas. Yo no me dejé contaminar. Me mantuve muy al margen para llegar lo más limpia posible a la final. El día previo se publicó en internet el nombre de los miembros del jurado y TVE cambió la normativa de la votación. Yo no quería saber nada por mi salud. Vas con una sobrecarga que no es buena. Cuando explotó todo, me preguntaba a mí misma: “Por qué está pasando esto”. Me costaba procesar la información. En ese momento, le hubiese dado a un interruptor para resetear y hacer como que eso estaba pasando.

P. ¿En algún momento sospechó que algo así podía pasar?

R. La ilusión te ciega, no quieres ver. Podían decir lo que quisieran, pero yo mantuve la esperanza hasta el último momento. No me dejé envenenar por nada.

P. Han pasado cinco años de aquella noche. ¿Ha conseguido cerrar la herida?

R. Si te soy sincera, va sanando. Desde que pasó, no he vuelto a ver nada que me recordase a aquel momento. Además, al día siguiente, falleció mi abuelo, una persona a la que estaba muy unida y que, a nivel musical, me ha acompañado desde pequeña. Todo eso se me hizo bola. Hace poco, me salió en YouTube el vídeo del momento de la votación y tuve que quitarlo. Me dio mucho dolor. No fue agradable. A día de hoy, es algo que no recuerdo con buen gusto. Cuando acabó, no quise saber nada más.

A pesar de las diversas denuncias que recibió el Defensor del Telespectador, Manel Navarro fue a Kiev con Do It For Your Lover. El resultado es conocido: último puesto con gallo incluido. Pero la polémica no terminó aquí: a los pocos días, un reportaje publicado en El Confidencial señaló que, para RTVE, Mirela era la “culpable del desastroso puesto del catalán en el concurso europeo y de la inseguridad escénica que provocó que desafinara […] También piensan que es responsable de que la marca España y la imagen del certamen estén ahora por los suelos ante Europa”.

“Yo me desvinculé al momento. Lo necesitaba por salud. En aquel momento, también me dijeron que la cadena me había vetado. Yo nunca hablé con nadie para corroborarlo y preguntarles qué había hecho mal”, mantiene Mirela. “Si me querían vetar que me vetasen. No podía hacer nada. Tampoco quería entrar en esa polémica. En ese momento, me daba todo igual”.

Mirela nunca tuvo noticias del veto. El año pasado, después de cinco años sin pisar TVE, fue invitada al homenaje que se realizó a Blas Cantó. “En ese momento, pensé que quizá nunca llegaron a hacerlo de verdad… eso me dio un poquito de paz para mi pecho”, reconoce. Por el momento, no contempla la posibilidad de presentarse a futuras ediciones del Benidorm Fest. “Tengo miedo a pasarlo mal. Aun así, Eurovisión es un sueño que está latente. Cada vez que sale algo relacionado con el festival, pienso: ¿Y si lo hago?".