Hay algo abusivo en el modo en que 'Yolanda', con su eterna belleza, parece haber monopolizado el legado del desaparecido Pablo Milanés, un artista fecundo con más de 300 canciones esparcidas por casi un centenar de discos, en solitario o en colaboración con otros artistas. Reducir la obra del músico cubano más allá de 'Yolanda' a solo cinco títulos sigue siendo un reduccionismo injusto, pero valga esta selección como puerta de entrada a una trayectoria que sin duda merece ser explorada con más amplitud y detalle.

'Yo pisaré las calles nuevamente'

El corazón revolucionario de la nueva trova cubana late con fuerza en esta conmovedora canción que Milanés compuso pocos minutos después de conocer la noticia de la muerte del dirigente comunista chileno Miguel Enríquez a manos del aparato represor pinochetista, el 5 de octubre de 1974. “Yo pisaré las calles nuevamente / de lo que fue Santiago ensangrentada / y en una hermosa plaza liberada / me detendré a llorar por los ausentes”.

'Pobre del cantor'

Una de las más destacadas composiciones de la primera y más politizada etapa de su carrera es esta diatriba en la que un Milanés sin pelos en la lengua apunta hacia los cantautores que no abrazaban abiertamente en sus letras la causa revolucionaria. “Pobre del cantor de nuestros días / que no arriesgue su cuerda por no arriesgar su vida”. Con los años, él mismo fue moderando su postura y la canción perdió presencia en sus directos.

'Yo no te pido'

En algunas antologías, la letra de esta canción aparece erróneamente atribuida a Mario Benedetti, lo que da prueba de su altura poética, honda expresión de un sentimiento amoroso desinteresado y exigente al mismo tiempo. Desde que vio la luz en 1978 en el elepé ‘Pablo Milanés’, se convirtió en una referencia indispensable en los recitales del cantautor de Bayamo y ha sido interpretada por numerosos artistas, de Miguel Ríos a Haydée Milanés, hija del trovero.

'El breve espacio en que no estás'

Una evocadora introducción de violín y piano da paso a uno de los números más conocidos y versionados de su autor. Tal vez la letra de este retrato de una pasión sin compromisos, sin ataduras y sin futuro (“suele ser violenta y tierna / no habla de uniones eternas / mas se entrega cual si hubiera / solo un día para amar”) vuela algo más bajo que las de otras piezas de Milanés, pero en conjunción con la música logra un efecto devastador. 

'La felicidad'

“Te he visto pasando del brazo de un hombre / que de cierto modo podría ser yo”. Milanés fue un maestro de la canción amorosa pero brilló todavía más a la hora de retratar el desamor. Esta es probablemente su composición más destacada en ese doloroso subgénero, que él trasciende con elegancia al transmitir el dolor de la pérdida sin caer en el victimismo o el lloriqueo. Melancolía hecha canción para atravesar el corazón del oyente.