Entrevista | Javier Veiga Actor y director, presentará ‘Amigos hasta la muerte’ en el Encuentro Mundial del Humorismo, el próximo mes de abril

“En la comedia, o triunfas o fracasas”

“La crítica cada vez tiene menos importancia. El boca a boca y las redes importan más que la opinión de tres críticos, que cada vez son menos y les hacemos menos caso”

El director y actor gallego Javier Veiga.   | // BRAIS LORENZO

El director y actor gallego Javier Veiga. | // BRAIS LORENZO / Marta Otero Mayán

El Teatro Colón, en el marco del Encuentro Mundial del Humorismo (EMHU), será el escenario del primer pase oficial de la ópera prima del director y actor gallego Javier Veiga el próximo 30 de abril. Se trata de Amigos hasta la muerte, una comedia dramática que habla de amistad y se ríe de la muerte. Además de la proyección, los asistentes podrán participar en un breve coloquio y un espectáculo con Javier Veiga, Marta Hazas, David Amor y Xosé Antonio Touriñán.

Viene de estrenar Amigos hasta la muerte en el festival de Málaga. Tendrá las emociones a flor de piel.

Efectivamente. Siempre están esos nervios de un estreno, que es verdad que en el cine ya no hay nada que hacer, está todo listo y no se puede tocar nada; pero la primera vez que la ve el público es un momento especial. Para mí es cuando realmente está terminada. Hasta que la ve el público, la peli no existe.

¿Cómo es la sensación de ver su película proyectada en una sala? ¿Mira más a la pantalla o a la reacción de las butacas?

Yo trabajo para el público, es decir; tienes unas ideas de lo que crees que va a provocar en el público, pero cuando la ves estás con un ojo en la pantalla y las dos orejas y el otro ojo en el público, viendo qué pasa, cómo reaccionan a todo, y esperando que todo vaya como tú esperabas. A veces te sorprenden cosas, pero lo bueno es conseguir lo principal. Esto es una comedia dramática: esperábamos que se riesen pero también que se emocionasen. Quizás por defecto profesional, estaba más confiado en la parte emotiva que en la parte cómica, porque al final en lo que más dominas es en lo que no quieres fallar. En Málaga fue muy bien, el público se rio y se emocionó también, y luego al terminar dijeron cosas bonitas en el coloquio, así que estamos encantados.

¿Qué es más difícil: hacer reír o hacer llorar?

Siempre se dice que es más difícil hacer reír, pero yo no creo que la cuestión sea qué es más difícil, sino que cuando no lo consigues, qué es más cruel en la reacción de la gente. Cuando una cosa quiere ser graciosa y no lo es, la gente tiende a decir qué patético, o qué vergüenza. Pero si algo emotivo no te hace llorar, nadie dice “jo, qué vergüenza, no he llorado nada”. Esto no ocurre, y es lo que pone mucha presión en la comedia: o triunfas o fracasas. En el drama, nadie dice que es patética una frase dramática que no te haga llorar.

Hay más drama en una comedia que no hace gracia que en un drama que hace llorar.

Totalmente. Además es implacable, parece que lo has intentado y quedas patético. Nunca he escuchado: “Vaya drama más patético”

Es actor y ha dirigido varios cortos, pero este es su primer largometraje como director. ¿Qué se le pasa por la cabeza? ¿Responsabilidad con uno mismo para ser fiel a su idea, miedo a que no funcione...?

A mí toda la vida me molestó ese rollo de “el salto al cine”, como si el cine fuese el hermano mayor de toda la ficción, como si la televisión o el teatro fueran cosas menores y uno cuando puede un día salta al cine. Eso siempre me había molestado, pero tengo que decir que ahora sentía esa presión, de hacer un producto como este, en el que trabaja tantísima gente, tienes un poco más de tiempo, las cosas se hacen con más mimo, le das más vueltas a todo... tienes ese peso, esa responsabilidad de saber que la gente cuando ve una película la ve con otro tipo de expectativa. Esa expectativa que tienes como espectador, está en la responsabilidad cuando trabajas en esto. Sí que he tenido la sensación un poco de “saltar” al cine, lo he encarado de forma distinta cuando he dirigido teatro o televisión.

En Amigos hasta la muerte, toca un tema que los gallegos tenemos bastante naturalizado, en lo relativo al uso de la muerte como pretexto cómico. ¿Está preparado el gran público?

Ese era el reto. La película es una producción hispano mexicana, y es verdad que los mexicanos tienen una relación con la muerte incluso más allá que los gallegos. Se relacionan con la muerte con una naturalidad absoluta. Los gallegos tenemos esa relación con la muerte distinta al resto de españoles. Tenemos una retranca especial, con la muerte como algo de lo que se puede hacer sarcasmo. Esa era la intención: contar una comedia que tenga la muerte como trasfondo, que se hable con normalidad de una persona que va a morir y hacer de esto una historia emotiva, con partes más dramáticas, que te llevan una historia melancólica, emotiva, con morriña, pero también una historia feel good, optimista. Mantener esas dos cosas es algo más gallego incluso. El ejercicio en esta película es este.

La película está ambientada en Galicia. Al Encuentro Mundial de Humorismo se trae a dos pesos pesados de la tierra, Xosé Antonio Touriñán y David Amor.

Se está rodando muchísimo en Galicia, y muchos actores y técnicos gallegos están trabajando fuera, ocupando más espacio que el que por porcentaje poblacional nos tocaría. Siendo una población pequeña somos más de los que sería lógico por cuestión numérica. Cero que ocurre por esta tendencia a la nostalgia, de estar conectados con la tierra y con los sentimientos de manera peculiar. Eso hace que tengamos algo interesante que contar. Esto pasa con el cine y con la novela también; los mejores novelistas del siglo XX eran gallegos: Cela, Torrente Ballester, Álvaro Cunqueiro... es un talento que tiene que ver con nuestra idiosincrasia. Luego, al haber hecho tantísima ficción en Galicia, nos hemos formado. La gente ha podido experimentar, trabajar, hacer series desde muy jóvenes, y eso ha hecho que hayamos aprendido a hacerlo.

En España, la crítica no siempre es justa con la comedia, a la que acusa de caer en clichés. ¿Qué tal le están tratando a usted, con su comedia romántica, o mejor dicho, fraternal?

Claro, no es una comedia romántica, es una comedia dramática, aunque hay una parte de relaciones. La crítica se ha portado razonablemente bien, incluso muy bien para ser una comedia, pero las críticas llegarán cuando estrenemos en cines. Sí que es cierto que hay esta cosa con la comedia: dicen que es una película redonda, y luego te ponen un siete de nota. Y te quedas, hombre, si es redonda, ¿por qué un siete? mínimo un ocho, ¿no? El otro día , un chico de un blog me dijo que leyese la crítica que me había hecho, que era muy buena. La crítica me ponía un seis, pero la leías y aparentemente la película era mejor que un seis. Me dijo “hombre, un seis para ser una comedia está muy bien”. Esto es algo que sabemos cuando hacemos comedia: hay un matiz corrector. Las críticas de comedia hay que verlas sabiendo que hay que subirle un punto y medio. También te digo que la crítica cada vez tiene menos importancia: el boca a boca funciona muy bien, las redes ayudan, y eso importa más que la opinión de tres críticos, que cada vez son menos y les hacemos menos caso.

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