Entrevista

Marlena, el pop lésbico que revienta festivales y abre revistas: "Hemos descubierto lo que puede aguantar y perdonar el ser humano"

Tras conquistar el Benidorm Fest con 'Amor de verano', Ana Legazpi y Carolina Moyano editan 'Entre cuatro paredes y una verdad', una cancionero sobre las cinco fases de una ruptura sentimental

Carolina Moyano y Ana Legazpi son Marlena.

Carolina Moyano y Ana Legazpi son Marlena. / CEDIDA

Pedro del Corral

“No he probado la droga, pero sí tu amor”. Este verso de Red Flags ya lo dice todo de Marlena. El dúo formado por Ana Legazpi y Carolina Moyano lleva siete inviernos haciendo del pechito un sayo. Cantan lo que sienten y, oye, así es la vida, el resto que se apañe. Acaban de publicar Entre cuatro paredes y una verdad, su segundo álbum, tal vez, el que Dulceida jamás desearía escuchar. Su sombra ronda por las 14 canciones que lo conforman. Es normal: cuando un corazón se agrieta, no queda otra que escupir los restos. Un naufragio sentimental que les ha dado sus mejores cortes hasta la fecha. “He pasado dos años sola. Ahora estoy bien, puedo querer a otra persona”, dice Ana tras expulsar toda la rabia a través de la música. Cuidado con su disco: pop lésbico sólo apto para valientes.

Próximamente, cuando lo toquen en directo, revivirán algunos de los duelos que enfrentaron. No tienen miedo, al contrario. Es el momento de celebrar las tiritas del pasado. “Recuerdo grabar Sintigo y ponerme a llorar como una loca. Escribir se ha convertido en una terapia necesaria para nosotras”, dice Ana. A lo que Carolina añade: “En los conciertos, además, la energía del público nos ayuda a reafirmanos”.

'Cuatro paredes y una verdad' es el segundo álbum de Marlena.

'Cuatro paredes y una verdad' es el segundo álbum de Marlena. / ARCHIVO

Como componen juntas, el dolor de una se han convertido en el escudo de la otra. No hay nadie que las conozca mejor, de ahí que sus propuestas resulten tan honestas. A veces, de más. Pero siempre auténticas. “Sabemos qué palabras van con nosotras y qué mierdas nos pasan. Algunos los empezamos hace tres años y los hemos terminado recientemente. Eso nos ha obligado a hacer un ejercicio de revisión y adaptación”, cuenta Carolina, que pone como ejemplo el caso de Quédate a dormir. “Es súper bonita. Aunque ya no siento nada de lo que dice, pienso en lo enamorada que estaba. Qué tierno. Cuando me tocó volver a cantarla, lo hice con una intención parecida. Si bien ahora no lo estoy, llegará”, confiesa Ana.

Poco queda de aquellas estudiantes de Arquitectura y Administración y dirección de empresas que, en un arrebato, hipotecaron su presente a la música. No se arrepienten. Su tesón les ha llevado a ser una de las bandas más demandadas del país. De hecho, no es raro verlas coronando los festivales más punteros. Son de las poquísimas afortunadas: “Hay mogollón de mujeres a las que no se les da la oportunidad, ni siquiera en los peores horarios”.

De Benidorm Fest a los Juegos Olímpicos

El pasado enero, por sorpresa, Marlena participó en el Benidorm Fest que ganó Nebulossa con Zorra. Su Amor de verano fue el tema más reproducido durante meses, hasta el punto de convertirse en la banda sonora de los Juegos Olímpicos: “A mí, me costó tomar la decisión. Sin embargo, la oficina lo veía claro. Me gustó representar otros valores en televisión. Queríamos llegar a otros públicos. Hubiese sido un puntazo ver a dos lesbianas guapísimas en Eurovisión. La experiencia fue preciosa, pero el sonido terrorífico. Aún así la recomendamos”. En la actualidad, tienen 1,5 millones de oyentes mensuales gracias a títulos que se han convertido en himnos para los Z: desde Me sabe mal hasta Último baile.

“Con este álbum hemos descubierto lo que es capaz de aguantar, permitir y perdonar el ser humano. Sobre todo a una misma”, concluyen. Convertidas en grandes investigadoras del amor, toca preguntarles qué es para ellas. Tal vez no estén preparados para la respuesta. “Es paz, ¿no? Estar tranquila con quien tienes al lado. A mí me la quitaron, pero veo a mi mejor amiga y tiene que ser eso”, dice Ana. Ojo a Carolina: “Es tu refugio”. Como sus canciones. 

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