De la obra original de Alberto (Toledo,1895-Moscú,1962) que formó parte del Pabellón Español en la Exposición Internacional de París de 1937, junto al Guernica de Picasso y el mural "El segador" de Miró, se conserva únicamente la maqueta original en yeso en el Reina Sofía, por lo que la localización de esta pequeña pieza, de 39x5,2x5,2, supone un importante hallazgo.

Gran desconocido de la cultura española, el Museo Reina Sofía reivindicó y rindió homenaje al escultor con la exposición antológica que le dedicó en el año 2001, con motivo de la cual se realizó una reproducción a tamaño natural de doce metros de la escultura "El pueblo español tiene un camino que conduce a una estrella", que se instaló frente a la fachada del museo en la plaza de Sánchez Bustillo, donde permanece desde entonces.

Alberto, junto a Benjamín Palencia, fundó la Escuela de Vallecas con el propósito de poner en pie el nuevo arte nacional que compitiera con el del París y fue uno de los máximos representantes de la primera vanguardia española.

La pieza presentada por primera vez al público que ha pasado a formar parte de la exposición que el Centro Cultural Conde Duque dedica a "Las Misiones Pedagógicas 1931-1936", organizada por la Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales (SECC), fue un regalo del artista manchego a su amigo Joan Miró, quien junto con Picasso, Julio González, Josep Renau o Alexander Calder formó parte de los artistas invitados a exponer en el Pabellón Español de París.

José García Velasco, presidente de la SECC, recordó que cuando se estaba organizando la exposición dedicada a las Misiones Pedagógicas la directora de proyectos Carlota Alvarez Basso se acordó de que en casa de una amiga suya, familiar de Miró, había visto esta pieza.

Desde que se localizó hasta ahora, la pequeña escultura ha sido estudiada y catalogada por expertos.

Alcaen, el único hijo del escultor toledano, afirmó que la localización de la obra es un nuevo milagro en torno a su padre y contribuirá a se conozca mejor la obra de Alberto "que desgraciadamente ha sufrido mucho. Es una doble satisfacción, tanto por su localización como por de donde procede".

Jaime Brihuega, historiador de Arte y experto en el artista, consideró que el monolito que Alberto colocó en el Pabellón Español "es la escultura más importante que se produce en el arte español en el siglo XX. Fue un icono de España ante el mundo, junto al Guernica, y la consumación de la poética de Vallecas que situó a nuestro país de golpe con lo que se estaba haciendo en el mundo".

Para Brihuega la localización de "esta pequeña joya" es un descubrimiento excepcional, ya que a pesar de su pequeño tamaño "es la cédula madre de lo que fue ese momento en que España se sitúa en el mundo. Es un hallazgo capital para la historiografía del arte español contemporáneo".