La producción de treinta actores del TNC, en adaptación teatral de Josep Maria Benet i Jornet, abre los actos que recordarán a lo largo de 2008 el centenario del nacimiento de la escritora.

Dirigida por Toni Casares, la obra resalta también "la importancia de la memoria de nuestro país y la incidencia de la vida colectiva en la individual".

El espectáculo que ha presentado hoy el director artístico del TNC, el dramaturgo Sergi Belbel, permanecerá en el teatro barcelonés hasta el 20 de enero de 2008 y entre febrero y abril de ese año hará una gira por 18 ciudades de Cataluña y Baleares en las que se representarán más de 30 funciones.

Entre el 30 de abril y el 4 de mayo de 2008 se representará en su versión original catalana, sobretitulada, en el Teatro Valle-Inclán de Madrid, sede del Centro Dramático Nacional.

El espectáculo parte de un proyecto que ya tenía esbozado Benet i Jornet, quien ha puesto en solfa la dramaturgia definitiva para una representación que se ha preparado en un tiempo récord de unos nueve meses.

Benet i Jornet ha escrito un texto dramático de cuatro horas para un "espectáculo muy complejo" de una autora "que en vida no puso problemas a la adaptación de su obra y que si estuviera aquí se divertiría con nosotros", ha dicho el dramaturgo.

El autor había trabajado con Rodoreda en otras obras como "Aloma" y en la versión en castellano de "Mirall trencat" y ha recordado cómo la escritora corrigió en ese último trabajo su castellano, que ha considerado era "infecto", "pero nunca" le corrigió su versión libre de "Mirall trencat".

Con un Benet i Jornet convencido de que Rodoreda "como nosotros, estaría apasionada por el proyecto", Casares ha señalado que la preparación del espectáculo le ha hecho pensar mucho en la historia de nuestro país.

El espectáculo "quiere llegar al corazón de cada uno de aquellos que han oído muchas veces 'no sabes lo que es una guerra', los hijos de los derrotados; es un montaje pensando en esas personas", ha añadido.

Es también un retrato de un personaje femenino "muy moderno, profundo y sensible", Natalia (Colometa), recreado por Sílvia Bel, que remacha la historia lanzando un grito profundo y reivindicativo de su individualidad.

Benet i Jornet ha hecho guiños en la dramaturgia al monólogo interior de la novela con algunos "off" en los que se deja oír la voz interior de Colometa, aunque el espectáculo esté plagado de personajes con vida propia.

Sílvia Bel ha señalado que Natalia al principio adopta un papel de observadora de las cosas que le pasan hasta que toma las riendas de su vida.

Quimet (Marc Martínez) es el miliciano, el marido de Colometa en la primera parte, y Carles Martínez recrea a Antoni, el segundo marido, el propietario de una droguería, un personaje aparentemente opaco "de los que piedra a piedra han levantado este país", ha señalado Carles Martínez.

La música compuesta por Òscar Roig, casi cinematográfica, envuelve los tres clímax de la obra que tiene también música de baile en directo.

La escenografía de "un realismo esencializador", según Casares, transporta la acción a las plaza del barrio barcelonés y a sus calles; traslada la acción en la segunda parte a una azotea en un "esencialismo más radical" y, con un lenguaje más costumbrista en la tercera, se sitúa en la droguería de Antoni.