COPA LIBERTADORES

Omar Bravo, el hijo pródigo

El mexicano, ex atacante deportivista, abandonará Chivas, el club de toda su vida, tras disputar la final de la Copa Libertadores mañana ante el Internacional de Porto Alegre

Omar Bravo, con un defensa del Pachuca en un partido del campeonato mexicano. / alejandro acosta

Omar Bravo, con un defensa del Pachuca en un partido del campeonato mexicano. / alejandro acosta

José Antonio Torres | México

El mexicano Omar Bravo ha dejado huella en la última década con las Chivas de Guadalajara con sus 106 goles, una carrera controvertida y el anuncio de que emigrará al finalizar la Copa Libertadores, "ojalá después de alzar el trofeo", declaró, a pesar de que lo tiene complicado ya que su equipo perdió el partido de ida en Guadalajara ante el Internacional de Porto Alegre (1-2). La vuelta será mañana en el campo del conjunto brasileño.

La sangre chiva con la que debutó en 2001 lo mantienen a sus 29 años de edad como uno de los jugadores de referencia de Chivas y aunque tuvo un breve paso por el Deportivo y el Tigres de México, volvió a Chivas como el hijo pródigo para la mejor campaña del equipo en mucho tiempo.

En esta Copa Libertadores, Bravo le hizo dos goles al Vélez Sarsfield y dos más al Libertad de Paraguay y se consolidó como el hombre importante del ataque de Chivas en esta Copa, en la que entró directo a octavos de final en compensación por su eliminación el año pasado en medio de la crisis de la Gripe A.

Las últimas semanas, Bravo ha vivido en el limbo mientras los directivos de Chivas negocian su traspaso a los Hechizeros de Kansas de la MLS, lo que se ha confirmado en la víspera de la final de la Libertadores con el Internacional.

Entre la duda de estar o no estar, el destino le reservó a este delantero un espacio en la Libertadores donde sus cuatro goles han sido factor para que el equipo más mexicano de todos, alcanzara la final del torneo continental.

Nacido en Los Mochis, estado noroccidental de Sinaloa, Bravo llegó al máximo circuito impulsado por el técnico José Luis Real, quien fue su maestro durante su formación en la cantera del denominado Rebaño sagrado.

Su debut fue el 17 de febrero de 2001 contra Tigres. Fue protagonista del segundo puesto que obtuvieron las Chivas en el Torneo Clausura 2004, fue máximo goleador en el Apertura 2006 y ha sido constante con su equipo en las Copas Libertadores.

En 2008 no renovó con Chivas, al parecer por diferencias con el dueño del equipo, el empresario Jorge Vergara, y partió a España par jugar en el Deportivo. Pero no pudo mostrar sus habilidades como gran rematador. Su paso por el equipo blanquiazul fue efímero y apenas demostró ninguna de las virtudes que habían provocado su fichaje.

Sin embargo en su país es reconocido por su capacidad de remate de cabeza y con los dos pies, además de luchar en la recuperación y tener velocidad en corto para dejar atrás a sus marcadores, cualidades que le permitieron brillar con México en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 y el Mundial de Alemania 2006.

Con la selección mexicana, Bravo es uno de los cinco jugadores, al lado de Manuel Rosas, Javier Valdivia, Luis García y Luis Hernández que ha marcado dos goles en un partido del Mundial, con los dos que le hizo a Irán en Alemania 2006, aunque en el de Sudáfrica se quedó fuera al no ser convocado por Javier Aguirre.

En las Chivas es el segundo máximo anotador de la historia del equipo con un total de 106 en partidos de primera división, 16 menos de las que tiene el histórico Salvador Reyes.

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