El fichaje ronda los 15 millones

El alemán Mesut Özil, de 21 años, dejó ayer el Werder Bremen para fichar por el Madrid, según confirmó el conjunto alemán. Ambos clubes llegaron a un acuerdo, de manera que el centrocampista no participará ya en los entrenamientos del Werder para el partido de Liga de Campeones que disputa hoy contra el Sampdoria.

"Respetamos el deseo de Mesut de dar ahora mismo ese paso en su carrera", indicó Klaus Allofs, director deportivo de la entidad alemana. El anuncio del Werder Bremen, que no ha dado detalles del montante del traspaso -estimado en torno a los 15 millones de euros-, se produce tras un largo tira y afloja entre ambos clubes, seguido intensamente por los medios tanto germanos como españoles.

El popular Bild colocó en su web un minutero en vivo, a semejanza de las transmisiones de los partidos, sobre quién entraba y salía ayer de la central del Bremen, con atención expresa al momento en que lo hizo el jugador, a las 14.02 horas, y en letras rojas en el momento en que se emitió el comunicado confirmando su marcha, a las 15.29 horas. Se pone así fin a un largo culebrón, desarrollado en las últimas semanas, desde que varios equipos empezaron a pujar por el jugador -desde el Barcelona al Manchester United, entre otros- y que cobró enteros a finales de la semana pasada, durante el amistoso entre el Madrid y el Bayern de Múnich.

Al parecer, ahí rechazó Allofs una primera oferta en firme del conjunto blanco, por diez millones de euros, de lo que el jugador se enteró, según propias declaraciones, por los medios. El clima entre Özil y el director deportivo del Bremen se endureció hasta el punto que parecía imposible que el jugador pudiera continuar toda esta temporada a desgana.

La fecha tope para la negociación era hoy, puesto que de jugar un solo minuto Özil con el club alemán, en el partido de la Champions, perdía opción de hacerlo luego en ese mismo torneo con el Madrid, lo que le hacía perder enteros. Ante esa situación, se acentuó la tensión en torno a un fichaje que por momentos parecía inminente y, al siguiente, imposible.

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